Nadie se cree la inflación oficial. La real es mucho más alta. En este contexto, arrecian las críticas contra la política monetaria del BCE. Y no solo desde Alemania. La mayor parte de los bancos europeos aumentan su enfrentamiento contra la máxima autoridad monetaria. Apuntes breves, pero muy sólidos: ¿La política monetaria ultra floja se basa en datos de inflación inflados incorrectamente? S&P dijo que el BCE debería incluir los costos de los propietarios en los cálculos de vivienda. Si el BCE hubiera estado apuntando a esta medida de inflación más alta, podrían haberse abstenido de reiniciar la QE. (Vía Bloomberg). Otro más: Inflación, sarcasmo y Santa Claus: ¿La inflación no es un evento durante dos décadas? Aparentemente, los precios apenas han subido en los últimos 20 años. Cada vez que viajo se está volviendo cada vez más barato. Fin del sarcasmo. Gracias a Dios, todos creemos en los datos del gobierno y en Santa Claus también», me dice el analista jefe de un banco.
Inflación, sarcasmo y Santa Claus
La narrativa actual del mercado de que los bancos centrales están «sin balas» refleja el QE del BCE, que no levantó la inflación. Pero el BCE con su QE se enfrentó a muchos obstáculos «idiosincráticos». Por ejempo, el Bundesbank reduce la madurez de las compras en el berrinche del Bund en mayo-junio de 2015 (cuando debería haberlas aumentado)
Apunte final: «La inflación es un mito, como tantos otros, en un ciclo de represión financiera atroz»: «Hace tiempo saltó la noticia (ya vieja en otros lares y hogares del viejo y nuevo Continente) de que el Reino Unido detecta más de 2.500 productos que han reducido su tamaño, pero no su precio: 2.529 productos, la mayor parte dentro de la categoría de alimentación y bebidas, han reducido su tamaño desde 2012 sin bajar de precio, según un estudio realizado por la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido (ONS), que cuestiona el impacto del ‘Brexit’ o de la evolución del precio de las materias primas en las decisiones de las empresas…»
«Por el contrario, el estudio constata que en el mismo periodo de tiempo únicamente 614 productos han registrado un aumento de tamaño sin que este incremento se haya traducido en un mayor precio. Este fenómeno, conocido como ‘shrinkflation’, parece no haber tenido un impacto particularmente destacado sobre la evolución de la inflación, señala la oficina estadística británica, con la salvedad de la subcategoría de azúcares, mermeladas, chocolates y golosinas, donde desde 2012 la reducción de tamaño de los productos ha contribuido al aumento de precios en 1,22 puntos porcentuales.»
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa