Adiós a la época dorada de vino y de rosas. La vuelta de figuras famosas al ruedo de la gestión de fondos, la irrupción en este negocio de otros talentos, con fondos de autor y altas rentabilidades (pasada), la estrechez de la Bolsa española y, lo más importante, las dificultades para sobrevivir en el mundo de la intermediación financiera (obtener comisiones y corretajes) ha creado un totum revolutum en los últimos años entre las gestoras nacionales. Un día sí y otro, también, aparecen en medios hablados y escritos nombres de gestores estrella, los Messis de las nuevas finanzas (o los Ronaldos). Una guerra a cara de perro ¿quién es el más guapo? ¿quién el más alto y esbelto? ¿quién la tiene más grande (la gestora de fondos, claro? A nuestro despacho llegan clientes seducidos por la propaganda ¿A quién confío mi dinero? ¿Has oído hablar de Fulano? ¿Y de Mengano? ¿Acaso es mejor Zutano? Yo siempre digo que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y que esta no es nuestra guerra», me dice un famoso consultor y estratega financiero.
La entrada en vigor de la nueva regulación europea sobre instrumentos financieros se deja sentir en las cuentas de las sociedades y agencias de valores, dedicadas a la intermediación y a la gestión y asesoramiento de patrimonios. Según los datos publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), sus ingresos por comisiones descendieron un 12,8 % durante el primer semestre de 2019, hasta los 604 millones de euros, por debajo de los 693 millones que percibieron por esta vía el año anterior.
Si se compara la cifra con años anteriores la diferencia es aún mayor. En 2017, las sociedades y agencias de valores ingresaron 844 millones durante el primer semestre, alcanzando su cifra más alta de la década en el año 2011, cuando percibieron 1.210 millones en ese mismo plazo.
Estas comisiones se reciben, en concreto, por labores como la tramitación y ejecución de órdenes, colocación y aseguramiento de emisiones, depósitos de valores, gestión de carteras, asesoramiento en materia de inversión o colocación de IIC (Instituciones de Inversión Colectiva), entre otras. Con MIFID II, las ESI deben especificar las nuevas modalidades de prestación de servicios de asesoramiento en materias de inversión, concretando si se declaran independientes o no independientes, o la venta cruzada. Y también se incrementa la información sobre instrumentos financieros que mantienen los clientes en los intermediarios.
A ello se une el mal comportamiento de los mercados con un entorno para nada favorable para la comercialización de producto y contratación de valores. Así, si se desglosan los datos, se observa que las comisiones percibidas por tramitación y ejecución de órdenes se redujeron un 31%, hasta los 251 millones; las de gestión de carteras bajaron un 14%, hasta los 43 millones; y las de comercialización de IIC cayeron un 5%, hasta los 196 millones, entre otras.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa