Desde hace meses desayunamos, comemos y cenamos con noticias de mal talante, empeoradas, ahora, por una saga de políticos españoles amantes de su ombligo y de la parálisis económica. El y tú más campea por las ciudades de España al mismo tiempo que los medios de comunicación advierten de una recesión inminente a nivel global. Culpables de este fenómeno es tanto el señor Trump, como aquellos dirigentes globales, principalmente los europeos, que no ponen encima de la mesa medidas de política fiscal con las que suplir las deficiencias demostradas con las inyecciones masivas de liquidez por parte del BCE al alimón, aunque más tarde, con el banco de Japón. La burbuja del miedo tiene un efecto devastador sobre el consumo privado y sobre la economía, en general. Quizá sea esta la peor noticia el momento: todos tenemos miedo. Miedo a la política nacional, a la geopolítica y al futuro económico», me dice el analista jefe de una importante gestora, que añade:
«¿Influencia sobre los mercados? Las noticias de los últimos días, semanas y meses están llenas de pesimismo y malas referencias: ventas de los insiders, acciones en modo burbuja (altas valoraciones) muchas, crisis de liquidez en los mercados de bonos, demasiadas máquinas operando y búsqueda de liquidez, dinero en la mano contante y sonante ¿Qué cabe colegir de este fenómeno? Que muchos de los vendedores potenciales ya han vendido y que los minoritarios solo invierten a través de fondos al mismo tiempo que almacenan ahorro: El activo preferido de los administradores de fondos es el efectivo y Locos por ahorrar. ¿Miedo, precaución o ambas cosas a la vez? Los hogares españoles gastaron en el segundo trimestre menos de lo que ingresaron, lo que llevó a que su tasa de ahorro se situara en el 19,3%, su valor más alto en diez años, según ha informado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE). La tasa de ahorro de los hogares vuelve así a tasas positivas después de haberse situado en tasas negativas en el primer trimestre del año. La del segundo trimestre es la tasa más alta desde el segundo trimestre de 2009, cuando alcanzó el 20,1%…»
«Como tantas veces han escrito los que más llevan toreando en el coso de la Bolsa, el miedo guarda la viña y la pasión desmedida, el ansia lo estropea todo. Si los mimbres económicos a nivel global no se deterioran, hasta partirse y, con ello, entrar en recesión, fenómeno que los sabios no consideran, este año puede ser bueno para la Bolsa, porque se produciría, de nuevo, el efecto contrario…»
“Estamos en una burbuja de pesimismo”, resumía a mediados de julio pasado Juan Nevado, gestor de M&G. En plena ola de calor en Europa, el responsable del M&G (Lux) Dynamic Allocation y el M&G (Lux) Conservative Allocation apostaba por lanzar un mensaje de optimismo, escribe Regina R. Webb |Funds People.
Porque hasta ahora el nerviosismo se ha apoderado del inversor. “Es casi como si lo único que importase en estos momentos fuera la relación entre Estados Unidos y China”, cuestiona. Así lo parece y así es. En la última encuesta a gestores de BofAML, más de la mitad aseguró que la guerra comercial es el principal riesgo que ven. “Pero uno no puede basar una estrategia solo en lo que va a hacer Donald Trump”, reprocha.
Ante la imposibilidad de conocer el futuro, Nevado opta por gestionar con lo que sí sabe. Con lo que dicen los fundamentales. Y la realidad que ve es que las cosas no están tan mal como descuentan las bolsas. “El crecimiento se ha ralentizado. Pero del 4% al 3%”, apunta. Ve a los inversores preocupados ante una posible recesión. “La gente tiende a extrapolar lo que pasó en 2008, pero los hechos simplemente no lo reflejan”, insiste. Europa está creciendo al 1,2% en términos reales. Los salarios están subiendo un 2,5%. “¿Dónde está la recesión? Es un entorno de crecimiento bajo, no una crisis”. Y lo mismo ve en Estados Unidos. Como se aprecia en el gráfico a continuación, de momento las empresas no lo están sufriendo en sus beneficios:
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa