Termina una semana que acumuló noticias más que negativas para la economía de Estados Unidos. Al muy mal dato de ISM manufacturero conocido el martes, apenas iniciado el mes, se sumó el miércoles un flojo informe de empleos privados de la firma ADP. Como si ello fuera poco, el jueves fue el turno del ISM de servicios, con una medición que, si bien mantiene al sector en zona de expansión (por encima de los 50 puntos), mostró una alarmante baja a 52.6 puntos, su peor cifra en 3 años, y la tercera más baja en los últimos 9 años, teniendo en cuenta que en 2010 recién intentaba salir de la crisis de 2008 y 2009.
Lo que se avecina no huele del todo bien. A las 8:30 del este será el turno del dato de empleos de septiembre, que podría remachar el clavo de una semana de terror. Es que si bien hay un pronóstico que espera unas 140 mil nuevas nóminas creadas el mes pasado, hay fuertes indicios de que la cifra será menor. Y de cumplirse el pronóstico, tampoco sería muy alentados, teniendo en cuenta que la curva anualizada de esta variable no ha hecho sino caer, con máximos descendentes y preocupantes.
El dólar reaccionó claramente a la baja con las novedades, y podría continuar en esta postura en las próximas horas. Si no cae más, es ciertamente porque al resto de las divisas no les queda margen para crecer. El euro tiene sobre su cabeza los aranceles que le impuso Estados Unidos a la Unión Europea días atrás, aunque es verdad que por una cifra que no debería ser para generar un escándalo. Si a ello se suma la recesión en la que está ingresando Alemania y el plan de estímulo a partir de noviembre, el panorama del euro está lejos del ideal.
La libra Esterlina es literalmente maltratada por una clase política bananera e incapaz de Reino Unido (si, amigo lector, no solo en su país son así estos muchachos). A esta altura de los acontecimientos, a Boris Johnson poco debe importarle a cuanto cotiza la libra, y sí debe estar preocupado por su futura destitución, sobre todo si la Unión Europea no aprueba su propuesta de Brexit; desde Bruselas no hubo respuestas aún, y en estas circunstancias no parece auspicioso para Reino Unido.
El oro y el petróleo se mueven en caminos opuestos. La onza, apuntando al alza ante las dificultades que ahora abarcan a medio mundo; el petróleo, a la baja, por los mismos motivos. Luego de subir casi 10 dólares en pocas horas por el atentado en Arabia Saudita, el WTI cedió más de 12, cayendo debajo de los niveles anteriores al 13 de septiembre, más en línea con la actualidad de la economía global.
Con este panorama, al dólar no le espera un día fácil. Como muestra de su debilidad producto de datos negativos, cedió hasta ante las monedas de países latinoamericanos, contra las cuales se floreó con máximos históricos o muy cerca de ellos durante toda la semana. El peso colombiano, el real, el peso chileno y el peso uruguayo respiraron. ¿Y el peso argentino? Juega otro partido, a la espera del abismo que viene para la nación sudamericana, para el cual queda menos de un mes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen y reparador fin de semana, nos reencontramos el próximo lunes. Hasta entonces.
Adrián Aquaro
Trader College