¿La deuda corporativa, la nueva historia «subprime»? Es lo que se pregunta Elizabeth Burke @Burke_Esq a propósito de lo que sigue. JPMorgan: Un aumento en la deuda corporativa de los EE. UU. presenta una «vulnerabilidad clave en la economía». Otra más vía Trevor Noren @trevornoren: Desde la crisis financiera mundial, el valor total de los bonos corporativos en circulación se ha duplicado, de ~ 37 billones de dólares en 2008 a más de 75 billones de dólares en la actualidad. A medida que el volumen y el precio de esta deuda han aumentado, también lo ha hecho su riesgo. Un receta para el desastre. Las compañías domésticas no financieras tenían una deuda pendiente de $ 9.95 billones en el 2T19, un aumento de $ 1.2 billones de hace solo dos años. Con un 47% del PIB, el nivel de deuda corporativa en relación con la economía nunca ha sido tan alto».
(Perhaps It’s Time to Start Worrying About Global Corporate Debt, Suggests Bank of England)
«Y yo añado: Gestores y gestoras vuelven a la carga, con programas de recomendaciones basados en las excelencias de los bonos corporativos. Los sabios lo vienen advirtiendo, y así se ha escrito, desde hace más de 4 años: habrá más descalabros y zarpazos estilo Pescanovas, Abengoa, Fadesa y el río de antiguas inmobiliarias. Y otras de menos calado como Zinkia, Glowex y el listado de fiascos del Mercado Alternativo. No lo duden. Y, también, abundarán los avisos del Regulador respecto a posibles defaults, impagos en otros tantos bonos corporativos. Cambian los tiempos, las modas, los hábitos y las costumbres. También, y más rápido que lo anterior, los instrumentos e ingeniería financiera. La deuda corporativa, no solo en España, es un fenómeno global que terminará en una nueva historia subprime..»
«¿Qué podemos decirles a nuestros clientes cuando nos piden explicaciones teóricas, unas veces, tangibles, las más, acerca de sus preferentes, bonos patrióticos, cédulas territoriales, pagarés de empresas, bonos, convertibles y otros instrumentos que han emitido los bancos y cajas de ahorro en los últimos tiempos para tapar agujeros y poder sostener unos insostenibles recursos propios…», me dice uno de mis gurús favoritos, que añade:
«El corralito que afectaría a miles de ahorradores españoles (y a ciudadano de todo el mundo) no es otro que la pérdida de valor de los instrumentos elegidos para colocar su dinero, porque la demanda en los mercados secundarios, si es que este ahorrador necesita su dinero antes del vencimiento, es raquítica y, además, mucho peor que la manifestada por los fondos buitre: los descuentos sobre precios teóricos son atroces, similares, incluso superiores, a los que ofrecen las preferentes. Y esto es así, porque en los últimos cinco años, a golpe de apertura y cierre de los mercados de financiación a bancos y empresas españolas, se ha creado la mayor Bolsa ilíquida de instrumentos financieros…»
«Incluso los inversores que yo consideraba que tenían los nervios de acero han caído en la Gran Trampa, en la que yo denomino Bolsa de iliquidez. A la sombra de tipos cero, que se han mantenido durante meses y meses, unos y otros han emitido títulos de renta fija hasta la saciedad aprovechando, precisamente, la desazón de muchos ahorradores, que han visto cómo las letras del Estado apenas rendían algo, que la Bolsa es una ratonera, mucho humo, y que el tiempo pasa sin que su ahorro merezca mejor trato. Hay que tener, digo, nervios de acero y esperar con el dinero en la cuenta corriente sin recibir remuneración alguna. Es más, el dinero en el banco cuesta dinero…»
«Pero es lo que hay. Ya vendrán otros tiempos, que vendrán. La avalancha de emisiones de bancos, cajas de ahorro y empresa con bonos convertibles, preferentes, cédulas hipotecarias…no tienen precedentes. Han dejado el mercado exangüe ¿Qué pasará a continuación? La experiencia demuestra que muchas de estas emisiones registrarán caídas de precios en picado, porque no habrá demandantes en los mercados secundarios, pero sí muchos oferentes. Se ha creado la Madre de Todas las Bolsas líquidas. Compras hoy un pagaré al 100% y mañana, si necesitas el dinero, te lo recomprarán al 70% o menos…»
“…Algunos me dicen que esperan al vencimiento. Llegado el vencimiento, les digo yo, muchas empresas te van a dar un abrazo. ¡Y date por satisfecho! Otras te darán papel por papel, es decir, te renovarán el que tienes. Y algunas ni siquiera llegarán al vencimiento. A la gente le cuesta mucho enfrentarse a la realidad y reconocer que no hay dinero para todos. Les cuesta reconocer, además, que hay empresas cotizadas en Bolsa que llevan mucho tiempo con la cotización suspendida, lo que confirma que el tejido empresarial español no es tan sano como se pregona. Por eso, el aluvión de emisiones reciente va a dejar muchos cacareando y sin pluma. Nadie hay seguro y la renta fija, como todo el mundo debería saber, ni es renta ni es fija…”.
Daniel Martínez
La Carta de la Bolsa