La última vez que les hablé de IAG fue el 11 de abril y les comenté que “un inversor conservador que no quiera sobresaltos ni vaivenes tiene otras elecciones de valores mejores que IAG que seguirá expuesta al tema del petróleo y del Brexit”. Ese día cotizaba en 6,20 euros y siguió cayendo hasta llegar en agosto a 4,52 euros.
Desde abril mucho ha llovido y han surgido más asuntos, pero mi opinión se mantiene vigente, considero que para un inversor conservador aun no es momento de fijarse en IAG.
La cuestión del Brexit creo que todo el mundo la tiene clara, afecta negativamente a la compañía. El turismo en España se vería afectado (el impacto de la devaluación de la libra supondría a los británicos que les resulte más caro viajar al extranjero), uno de cada cinco turistas que llegan a España viene de Reino Unido y éstos se dejaron el año pasado más de 18.000 millones de euros.
Es cierto que la quiebra de Thomas Cook, en principio, podría favorecer a las aerolíneas europeas porque ahora habría una cuota de mercado para repartir, de manera que a IAG no solo no le afecta para mal sino que podía salir hasta beneficiada (a diferencia de otras compañías españolas como Amadeus, Edreams, Meliá Hoteles, NH. Y es que IAG podría optar por hacerse con los pasajeros que volaban con Thomas Cook, sin descartar en un momento dado la posibilidad de que adquiera algunos activos (entiéndase como tal aviones o incluso rutas). Pero esto es la teoría y luego será el tiempo el que dictará sentencia.
Dirán ustedes que sí, que es verdad que desde el mes de febrero la compañía cae irremediablemente en Bolsa, pero que a mediados de agosto dejó de caer más, permaneció varios días lateral y desde septiembre comenzó a rebotar al alza con alegría. Sí, es cierto. El motivo fue sencillamente que Morgan Stanley emitió una nota favorable para la compañía aduciendo que era la favorita del sector. La reacción no se hizo esperar, empezó a entrar dinero y la cotización se animó. Esto es un clásico, cada vez que una agencia conocida habla tajantemente bien o mal de una compañía suele producirse un movimiento bursátil que dura varios días.
Pero la vuelta a la realidad generalmente suele ser brusca y obstinada. IAG anuncia un profit warning (una advertencia en la que la empresa comunica que sus resultados sufrirán una fuerte disminución de los beneficios, pudiendo incluso entrar en pérdidas en el ejercicio vigente o en el próximo). Concretamente ha recortado en 215 millones de euros su previsión de beneficio antes de extraordinarios para este año 2019, hasta los 3.485 millones, debido al impacto de la huelga de pilotos de British Airways y a la evolución de las reservas en su negocio low cost. También la huelga que los pilotos de British Airways han llevado a cabo este mes de septiembre ha tenido un impacto financiero neto de 137 millones de euros. Y sumemos también otros 33 millones por la amenaza de huelga por parte de los empleados del aeropuerto londinense de Heathrow.
Me gustaría decir una cosa acerca del petróleo y la compañía, porque existen muchos tópicos y conviene matizarlos. La creencia popular es que si el precio del petróleo se incrementa, afecta negativamente a las aerolíneas porque se encarece el combustible, se incrementan los gastos y se reducen las ganancias, hecho por el cual, para tratar de minimizar este impacto, tienden a subir el precio de sus servicios. Pero vamos a ir un poquito más allá, para que vean que la relación no es tan directa ni muchísimo menos el impacto es igual en el sector, es decir, la subida del crudo tiene un impacto diferente según sea el grado de cobertura del petróleo.
Por ejemplo, IAG es de las aerolíneas más protegidas frente a una fuerte subida del precio del crudo, sencillamente porque tiene cubierto el 95% del consumo estimado de combustible para el presente trimestre, el 86% para el último trimestre del año y el 78% para el primer trimestre del próximo año 2020. Dentro del sector, decir que Lufthansa es otra de las compañías cubiertas (79% para este trimestre) y una de las más expuestas a una escalada del petróleo es Norwegian Air (únicamente tiene cubierto el 27% para el último trimestre del ejercicio).
Así pues, resumiendo, IAG llevaba un año malo por el riesgo Brexit, un informe de Morgan Stanley la animó este mes, pero el profit warning vuelve a imponer el rojo. Nos acercamos al 31 de octubre y cada vez hay más incertidumbre acerca de qué tipo de Brexit nos encontraremos, este es el elemento desestabilizador para IAG, porque la compañía está en parte cubierta ante un rally del precio del petróleo. Para un inversor conservador aun no es momento de fijarse en IAG.
Técnicamente hablando, seguramente haya inversores que entrarían en los 4,50-4,53 euros en busca de un rebote al alza si regresase el precio.