Cuando el viernes los mercados se aprestaban a cerrar una semana con movimientos muy acotados, el gobierno de Estados Unidos sacudió de golpe la cama. El presidente Donald Trump anunció, acompañado por el Secretario de Comercio Steven Mnuchin, una nueva serie de sanciones contra Irán, país al que responsabiliza del ataque contra la petrolera Saudí Aramco, ocurrido el sábado 14.
Si bien las autoridades iraníes negaron participación alguna en el hecho, Estados Unidos descree de la versión de que grupos yemeníes hayan actuado por su cuenta. Ya desde inicio de la semana pasada corría la versión de que podrían haber sanciones, y estas llegaron, como queda dicho, justo antes del cierre de los mercados. Las mismas consisten en cortar el flujo entre el banco central iraní y ciertos fondos que, se cree, financian actividades terroristas.
La onza deberá, de todas formas, superar la zona de 1528/30 dólares para invalidar una muy marcada formación de cambio de tendencia medida en los gráficos diarios -hombro cabeza hombro-, cuya confirmación podría llevar al metal precioso a 1415 dólares en pocos días. De otro modo, el quiebre de dicha zona de resistencia podría llevar al oro a los máximos anuales, que se ubican en 1557 dólares, a los que llegó a mediados de mes.
Por lo demás, son pocas las novedades que trae esta semana respecto a la anterior. El recorte de tipos de interés de la Fed no tuvo un impacto fuerte en los precios, más allá de los movimientos circunstanciales de costumbre. Las conclusiones a las que llegó el mercado esta vez fueron poco concluyentes, y así como muchos creen que no habrá nuevos recortes hasta 2021, otros piensan que este mismo año podría haber un nuevo recorte.
Ello explica un cierto “desorden” que presentan los pares principales de divisas. El dólar perdió protagonismo, y lo ganó la libra Esterlina, con un Brexit cuya dureza parece quedar diluida, el euro que logró sobrevivir al plan de estímulo impulsado por el Banco Central Europeo, y el yen, que otra vez vuelve a mostrarse como la alternativa favorita de los inversores ante un clima de incertidumbre.
La moneda única, igualmente, cede posiciones en estas horas, producto de un PMI de manufacturas de Alemania con cifras alarmantes: 41.4 puntos, su peor guarismo desde 2009.
El petróleo mantiene un marcado tono alcista en el corto plazo, y si bien algunos analistas evalúan que el alza llegó para quedarse, e incluso lo ven llegando a 80 dólares por barril WTI, el consenso es que podría ceder posiciones prontamente. Arabia Saudita anunció, por caso, que podrá retomar su ritmo de producción normal en poco más de dos semanas; si a ello se suma que la economía global está dando signos de desaceleración, pocos argumentos quedan para defender el alza del petróleo.
El calendario de esta semana tiene como actores principales a los jefes de los bancos centrales más importantes: el BCE, la Fed y el BoE. En distintos foros y presentaciones, los titulares de estas entidades pueden dar pistas algo más concretas sobre lo que viene, en especial en el caso de la Fed.
Por otra parte, la encuesta IFO de clima de negocios en Alemania intentará cambiarle la cara a un euro que, a partir del mes próximo, podría comenzar a debilitarse progresivamente. Es notable como tanto el PMI de manufacturas y la encuesta IFO, ambos de Alemania, acompañaron desde inicio de 2018 la caída del euro.
También se conocerá el índice de confianza del consumidor del Conference Board, y el PBI final del segundo trimestre, todo en Estados Unidos.
Como se ve, una semana importante, diríamos de consolidación, antes de comenzar un trimestre que definirá la tendencia del dólar para el inicio de 2020.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.
Adrián Aquaro
Trader College