Siete píldoras acerca de varias divisas y Bancos Centrales, porque estamos en un contexto en el que todo va cambiando a pasos agigantados y conviene estar al día en todo momento.
– Un Brexit sin acuerdo empujaría al Reino Unido a una recesión, hundiría la inversión, crearía consecuencias perjudiciales a largo plazo para la economía, las exportaciones caerían un 8% y la incertidumbre frenaría el gasto empresarial. Por su parte, la libra esterlina podría caer un 5%. La idea es que parte del shock a la economía del Reino Unido podría compensarse con recortes de tasas de interés y otras flexibilizaciones monetarias del Banco de Inglaterra, mientras que el Gobierno podría también agregar estímulo fiscal. El tema del Brexit es muy delicado puesto que afectaría al resto de la Unión Europea (se estima que las exportaciones de otras economías de la UE al Reino Unido disminuirán alrededor de un 16% como resultado de los mayores costes comerciales).
– El franco suizo sigue fuerte, el Banco helvético no siguió al Banco Central Europeo y la Reserva Federal en la reducción de las tasas de interés. El franco se encuentra entre los ganadores mundiales de divisas este año, tocando un máximo de dos años frente al euro este mes, ya que las sombrías perspectivas europeas, las disputas comerciales y el Brexit impulsan la demanda de activos refugio. Esas son malas noticias para el BNS, ya que un franco fuerte perjudica las exportaciones de Suiza. Una mayor apreciación parece casi inevitable y frenarla podría estar más allá de los poderes del banco central. Las valoraciones no se han hecho esperar: Rabobank espera que el franco regrese a 1.08 por euro para final de año, mientras que Toronto Dominion espera un repunte a 1.05, un nivel visto por última vez en el año 2015.
– El gobierno de Nueva Zelanda y su Banco Central deben estar preparados para apoyar aún más la desaceleración de la economía del país. El PIB se expandirá 2.5% este año, desacelerándose desde el 2.8% del año pasado, antes de avanzar 2.7% en el 2020. El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda puede recortar las tasas de interés nuevamente este año desde un récord del 1% después de que los datos de la pasada semana mostraran que la economía creció al ritmo más lento en más de cinco años en el segundo trimestre. Si bien la entidad espera que los bajos costes de endeudamiento y un mayor gasto del gobierno estimulen la demanda, lo más «lógico» sería una nueva reducción de tasas antes de finales de 2019.
– A medida que el real brasileño cae ante las perspectivas de más recortes de tasas de interés, los inversores se preguntan cuánto se tiene que depreciar antes de que se comience a reducir el ciclo de flexibilización monetaria. La divisa carioca ya es una de las monedas de los mercados emergentes con peor desempeño, y una mayor debilidad podría eventualmente impulsar la inflación. El real se debilitó un 8,5% frente al dólar estadounidense desde el 31 de julio, sólo lo hizo peor el peso argentino.
– El Banco de la Reserva de Australia dejó la tasa de interés sin cambios en un mínimo histórico del 1 por ciento durante su reunión de septiembre, como se esperaba. La entidad dijo que es razonable esperar que se requiera un período prolongado de bajas tasas de interés para avanzar en la reducción del desempleo y lograr el progreso hacia la meta de inflación. La tasa de interés en Australia promedió 4.37 por ciento desde 1990 hasta 2019, alcanzando un máximo histórico de 17.50 por ciento en enero de 1990 y un mínimo récord de 1 por ciento en julio de 2019. Se espera que el Banco de la Reserva de Australia proporcione un mayor estímulo a principios del próximo año.
– El destino de las acciones y monedas de los mercados emergentes nunca ha estado tan estrechamente relacionado con el yuan chino. Y es en gran parte debido a la guerra comercial. La correlación entre el yuan y las acciones y monedas de los países en desarrollo se mantiene cerca de los niveles sin precedentes alcanzados en los últimos dos meses.
– La encuesta de gestores realizada por Bank of America Merrill Lynch vuelve a reflejar una tendencia que se mantiene desde 2018: el euro sigue estando barato respecto al resto de grandes divisas. Un 41% de los encuestados considera que la moneda única está infravalorada, el nivel más alto visto desde el año 2002, lo que suma, en total, 17 años. El euro está en zona de mínimos de 2017, y en una tendencia a la baja que no ha abandonado desde que en junio el presidente del BCE, Mario Draghi, hablara claramente de un rebaja de tipos en la eurozona. Sin embargo, la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA) estima que el euro debería cambiarse por 1,17 dólares.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es