«Patrones estacionales (basados en un ciclo de 4 años) pronto pasarán del viento de frente al viento de cola extendido para los valores pequeños frente a los grandes. La advertencia es que el ciclo actual no ha estado en sintonía con el patrón histórico durante el año pasado. (Willie Delwiche@WillieDelwiche) O dicho de otra manera: no entierren a los valores medianos y pequeños, porque siguen muy vivos. En los últimos días, principalmente a raíz de la batería de medidas acordadas por el BCE, se han observado movimientos muy interesantes en valores medianos y pequeños, que han caído a plomo en el verano y, también, en los que mejor han aguantado el temporal. Hay una razón de peso que justifica una apuesta renovada por este tipo de compañías, que siempre se han comportado mejor que los grandes valores, menos en los últimos meses: los tipos de interés seguirán muy bajos durante mucho tiempo, lo que facilita la necesaria financiación de este tipo de empresas«, dice el analista jefe de una importante gestora, que sigue este segmento especial de la Bolsa.
«Desde hace meses se viene mentando a la bicha de la recesión global, al Apocalipsis financiero. Pero ni una cosa ni la otra. Consideramos en nuestra gestora, que no habrá recesión, aunque sí un enfriamiento y, por supuesto, desestimamos en el concepto de Apocalipsis financiero, porque, por fortuna, los bancos centrales han aprendido muy bien la lección de la Gran Cris de 2008 y están comunicados, hilo directo las 24 horas del día», añade.
«Como en el resto de las empresas que componen la Bolsa, es obligada la selección de valores. Con todo, en los últimos años este tipo de compañías, las que han sobrevivido y cotizan en el mercado, han aprendido a sanear sus balances, a reducir deuda y a pagar sus compromisos. Consideramos, que hay excelentes oportunidades de compra», insiste.
«Este tipo de compañías son, además, el objetivo de los gestores value, que buscan aquellas empresas fuera del radar común para buscar pequeñas joyas infravaloradas por el mercado», finaliza.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa