Como con el entrenamiento con pesas, correr o cualquier ejercicio intenso, se atraviesa una curva de agotamiento que comienza con gran energía y termina con fatiga. Las acciones sufren la misma curva, y aquí hay cuatro maneras para saber cuándo vender acciones para maximizar sus beneficios antes de que se agote la gasolina. Estos signos de fatiga a menudo aparecen antes de que las acciones marquen decisivas señales de venta, como una fuerte ruptura del soporte a un determinado nivel de precios. Así que sirven como una advertencia temprana que lo pone en alerta y lo ayuda a vender antes de que las cosas empeoren.
1) Nuevos máximos con bajo volumen: la idea es que mientras una acción sigue subiendo, hay menos compradores institucionales dispuestos a pagar el precio de la acción más alto. Al moverse el suelo bajo sus pies, una acción es vulnerable a grandes pérdidas. Esto puede suceder con frecuencia en el día a día y puede que no signifique nada. Pero cuando sucede durante varias semanas, hay motivos de preocupación. Use un gráfico semanal y observe si el volumen disminuye a medida que la acción continúa subiendo durante varias semanas.
2) Cierres débiles, fuerza relativa: Frecuentes cierres cerca de mínimos de sesión: con esta señal, observará que las acciones abren al alza alto y mantienen sus ganancias durante gran parte de la sesión. Pero al cierre, el precio de la acción se hunde y se desperdicia la mayor parte del día. Si esto comienza a suceder día tras día, la acción le está diciendo que los inversores están vendiendo con la fuerza de las acciones. Al igual que los máximos con un volumen bajo, esta es una forma sigilosa en la que los grandes inversores comienzan a salir de una acción.
3) Disminución de la fuerza relativa: si el índice de resistencia relativa cae por debajo de 70, considere recoger beneficios. Una acción líder nunca debe estar por debajo de una lectura de 80 en el RSI, y mucho menos de 70. Otra forma de detectar este problema es con la línea de fuerza relativa. Es especialmente problemático cuando la línea RSI se inclina a la baja, mientras que el precio de la acción tiene una tendencia alcista o se aplana.
4) Una mala recuperación: las acciones que logran avances considerables a veces retroceden con fuertes volúmenes. El elemento importante a observar es cómo se recupera la acción. Es una mala señal si el rebote se produce con volúmenes más débiles o ganancias de precios que palidecen en comparación con las caídas. La recuperación puede durar menos que el período de declive. Venda en el segundo o tercer día de un débil rebote. Puede ser la última buena oportunidad de vender antes de que se rompan las líneas de tendencia y las áreas de soporte.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa