«Fusiones sí o sí. El BCE, con su política de tipos negativos y a la espera de las medidas que anuncie en los próximos días, impulsará de manera radical un fuerte movimiento de fusiones bancarias en toda Europa. Hasta ahora, el denominado efecto poltrona, la resistencia histórica de los presidentes de los bancos y de sus asesores a abandonar sus asientos, ha sido más importante, que la propia rentabilidad de las operaciones. Pero no hay tu tía: no hay negocio para todos, aumenta la competencia con nuevos actores en este mercado y la tecnología arrebata gran parte del negocio tradicional. Subir las comisiones no es la mejor fórmula, estrategia puesta en marcha por alguno de los grandes bancos españoles. Tampoco hay rentabilidad. Las tasas de interés negativas amenazan el sistema financiero. Para ver los resultados de los entornos neg rate, no busque más allá de la Eurozona y Japón. Representan el 87 % de las tasas negativas en todo el mundo. Sus sistemas bancarios son un desastre, gracias a las tasas negativas», dice uno de mis gurus favoritos que aconseja el siguiente enlace de Bloomberg.
«Y ya saben que la depresión alemana amenaza las ganancias bancarias a medida que se extiende el riesgo de incumplimiento de préstamos. Los bancos tienen que reservar más dinero para cubrir la deuda corporativa. Las provisiones para pérdidas crediticias de los principales prestamistas corporativos de Alemania se han disparado.»
«Hay que estar preparados, porque el desastre en las cotizaciones ha dejado buenas oportunidades. Lo importante es saber el momento. Respecto a movimientos concretos, ya se han producido en Italia y UBS ha mantenido contactos con Deutsche Bank, que no han fructificado. Pero por algo se empieza…»
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Interesante apunte de M&G Valores a finales de junio sobre el sector bancario: El comportamiento relativo negativo del sector bancario en los últimos meses puede explicarse precisamente por la evolución del mercado de bonos y las expectativas de un escenario de tipos bajos indefinido. El sector bancario europeo cotiza con un PER de 8x que es su nivel mínimo desde la crisis del euro en 2012 cuando llegó a cotizar a un PER de 5x ante el temor a una ruptura del euro y en medio de una grave recesión.
Actualmente la situación del sector es muy estable en cuanto a su negocio y el problema es que la baja rentabilidad justifica unas valoraciones bajas. Todo tiene su límite, sin embargo, y creemos que en sus niveles actuales ya recogen el escenario más pesimista que sería que en próximos años se mantenga el escenario de tipos cero y escaso crecimiento del crédito. Como se observa en el gráfico de la página siguiente, la caída de los bancos desde 2018 ha sido consecuencia más de un ajuste de valoración (el PER ha pasado de 12x a 8x) que de un recorte de las previsiones de los beneficios que ha sido más bien modesto. Estamos ante un sector en el que las expectativas de crecimiento de los beneficios a largo plazo son modestas o nulas.
Por otra parte, las valoraciones actuales son tan extremadamente bajas que ya descuentan ese escenario e incluso algo más pesimista. En la medida en que las medidas de los bancos centrales mejoren un poco las expectativas generales de crecimiento e inflación podríamos ver unan fase de recuperación también en este sector, aunque sea una recuperación temporal como sucedió con las de 2012-15 o 2016-17.
Desde 2012 las expectativas de crecimiento de los beneficios de la banca se han visto más bien frustradas. A largo plazo la tendencia del sector es más bien lateral. A corto plazo, sin embargo, estamos en un punto extremo de infravaloración que debería favorecer un suelo en el sector.
Enzo Martínez
La Carta de la Bolsa