- El par libra/dólar (GBP/USD) rebota hasta los 1,2197 dólares, aliviado por la victoria de la oposición a un Brexit duro.
- Boris Johnson sufre su primera gran derrota parlamentaria y hoy podría sufrir un nuevo revés si se rechaza convocar elecciones.
- Aunque la aprueben los parlamentarios, la ley contra el Brexit duro podría ser boicoteada por la Cámara de los Lores o ineficaz ante una negativa de Bruselas.
La libra esterlina (GBP/USD) rebota casi un punto porcentual en la jornada de hoy y marca su mejor registro de la semana en los 1,2221 dólares por moneda de la Reina, aliviada por la primera gran derrota sufrida por el nuevo primer ministro, Boris Johnson, en sus intenciones de sacar al Reino Unido de la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo.
Tras marcar un mínimo de casi tres años en la sesión de ayer en los 1,1959 dólares por libra, el cable rebota ahora y supera de nuevo el nivel psicológico de los 1,22 dólares en una jornada que puede deparar nuevos episodios importantes de volatilidad.
Tras apenas 6 semanas en el cargo, Johnson vio ayer como un total de 20 diputados de su partido, entre los que se incluían figuras relevantes como el hasta el pasado mes responsable de Economía del Gobierno, Phillip Hammond, votaban a favor de que la oposición tomase las riendas de la agenda de la Cámara de los Comunes, que esta noche votará presumiblemente a favor de poner en marcha una nueva normativa que prohíba por ley una ruptura abrupta con la UE.
Los diputados rebeldes han sido expulsados del Partido Conservador, que ya había perdido oficialmente su mayoría absoluta antes incluso de la propia votación, al ver como uno de sus integrantes pasaba a sentarse al lado de la líder del Partido Liberal, Jo Swinson.
Johnson pide elecciones, pero la oposición quiere asegurar primero su ley contra el Brexit duro
Ante este panorama, el primer ministro ya ha pedido que, tras la votación sobre la propuesta de ley que trata de impedir un divorcio caótico con Bruselas, el Parlamento vote también sobre la convocatoria de nuevas elecciones generales, que podrían celebrarse tan pronto como el 15 de octubre, tan solo un día después de la apertura oficial del curso político británico con el discurso de la Reina.
El propio Johnson ya adelantó anoche que solicitaría esta opción y aseguró que lo haría muy a su pesar, pese a que él sería el gran favorito para hacerse con la victoria en unos nuevos comicios y su posición en el Parlamento se vería muy reforzada.
Con este movimiento, Johnson conseguiría paralizar el proceso legislativo puesto en marcha por la oposición y, teóricamente, saldría victorioso a falta de dos semanas de la fecha de consumación del Brexit para poder llevar a cabo sus intenciones.
Sin embargo, para ello necesitaría que dos terceras partes de la Cámara de los Comunes votaran a favor de unas elecciones, y el Partido Laborista, líder de la oposición, no parece muy partidario de esta opción, al menos no hasta que vea que la ley contra un Brexit duro sale adelante, algo que podría pasar si el documento estuviera listo para ser sancionado por la monarca la próxima semana, antes de que el Parlamento sea suspendido hasta el próximo 14 de octubre.
La ley contra un Brexit duro deberá contar también con el respaldo de la Cámara de los Lores
Pero la aprobación de la ley en la Cámara Baja y el fracaso de la petición de nuevas elecciones que vaticina la actual aritmética parlamentaria no supondría tampoco una garantía de que un Brexit duro vaya a consumarse en la noche de Halloween.
En primer lugar, por que el texto tendría que contar con el visto bueno también de la Cámara de los Lores. Sus señorías de la Cámara Alta ni siquiera tendrían que rechazar el documento para torpedear esta iniciativa, ya que les bastaría con demorar su aprobación hasta que se produzca el cierre previsto de la actividad parlamentaria, retrasando todo el proceso hasta la mencionada fecha del 14 de octubre.
De igual modo, aunque ambas cámaras de la abadía de Westminster se apresuren y estén en condiciones de sacar la nueva legislación la próxima semana, esto tampoco sería garantía de que se evite un Brexit duro, habida cuenta de que será la Unión Europa la que decida si acepta o no otra prórroga de tres meses para el Brexit.
La última palabra sobre una prórroga del Brexit la tendrá la Unión Europea
Esta opción tampoco sería descabellada porque ya en la anterior prórroga hubo algunas voces importantes en países influyentes como Francia que se mostraban contrarias a seguir concediendo prórrogas si no era con un objetivo muy concreto.
Así las cosas, podría darse el caso de que la nueva legislación obligue al Ejecutivo británico a solicitar una prórroga de salida para el Brexit, pero Bruselas la rechace y el Parlamento tenga que volver a decidir si recupera el acuerdo alcanzado por Theresa May o se resigna a una salida abrupta.
Aitor Méndez Riesgo
IG España
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