En los blogs de finanzas, a menudo se habla del ‘mercado’ como si el destino de la industria financiera se decidiera en unos grandes almacenes de proporciones bíblicas. En cierto modo, es así, ya que todo está conectado en la era de la información, pero no es lo mismo comprar divisas que acciones.
Para llevarte un filetón a casa, pasas por la carnicería; para cenar salmón, por la pescadería. Lo mismo ocurre con el sector financiero. Hay muchos mercados, y en cada uno se compravenden ciertos activos. En el mercado bursátil, hay acciones disponibles; en el mercado Forex, divisas.
Esta es la principal diferencia entre ambos mercados. Acciones o divisas: una dicotomía que no es total, pero sí significativa, sobre todo cuando entran en escena los contratos por diferencia. Y gran parte del mercado Forex se mueve gracias a brókeres que ofertan CFDs.
Divisas o acciones: apalancamiento
Estos instrumentos, aunque pueden usarse para especular sobre cualquier activo, se asocian mayormente al mercado Forex. De ahí que se piense que solo en el mercado de divisas es posible aprovechar grandes cocientes de apalancamiento, siendo 30:1 el máximo permitido para los brókeres que operan en la UE.
La cuestión es que también es posible hacer trading de CFDs sobre acciones, pero el ratio de apalancamiento es bastante menor que el mínimo permitido para los contratos por diferencia en Forex (el coeficiente 10:1 en pares exóticos es el doble del aplicable para el apalancamiento de CFDs sobre acciones).
Si hablamos de índices de acciones tal cual, se puede invertir en los más importantes con un apalancamiento sensiblemente mayor, de 20:1. Entrarían en la misma categoría que los pares de divisas menores, aunque sin la ventaja de poder posicionarse tanto en largo como en corto.
CFDs y los mercados bajistas
Cuando compras acciones, solo puedes esperar a que se revaloricen en un periodo de tiempo más o menos prolongado antes de venderlas. Para invertir en bolsa hay que apostar por los rallies y temer las caídas. Por el contrario, en Forex es posible aprovechar las subidas y las bajadas, dando lugar a múltiples estrategias.
Aprovechar todos los movimientos del mercado es otra de las grandes ventajas de invertir en divisas. Solo operando con CFDs en Forex es posible desarrollar un trading bidireccional, basado o no en enlaces de órdenes o coberturas de operaciones. En el mercado de valores, simplemente, no se puede.
Volumen y volatilidad de los mercados
Además, los índices de acciones mueven mucho menos dinero que los pares de divisas. El mercado Forex es, de hecho, el más potente del mundo, con un volumen de negociación astronómico. Se estima que el valor de todas las operaciones diarias en Forex roza los 4.5 billones de euros.
La liquidez del mercado de divisas es impepinable, así como su volatilidad. En general, los pares primarios ofrecen más oportunidades para generar beneficios, pero también pérdidas. La rentabilidad y el riesgo se dan la mano en algunos cruces, complicando en ocasiones la toma de decisiones de los minoristas inexpertos.
Accesibilidad del mercado Forex
En cualquier caso, la volatilidad nunca ha sido una razón de peso para decantarse por el mercado bursátil o el de divisas. La bolsa de valores es tan volátil como el mercado Forex (en ocasiones más), y hay acciones que deberían llevar un volante de urgencias. Eso sí, la bolsa es mucho más diversa, pero eso tampoco importa.
Hay cientos de acciones y decenas de índices para invertir, pero en general los minoristas suelen reducir su abanico después de volar de flor en flor. Al final, en cuestión de cantidad, no hay mucha diferencia entre un trader FX y un inversor bursátil. A no ser que hablemos de accesibilidad, un factor determinante.
Junto a la bidireccional, la posibilidad de operar a cualquier hora (de lunes a viernes) es una de las mayores bondades del mercado Forex. En cambio, la compraventa de acciones se rige por un horario concreto, el que marca la apertura y el cierre de la bolsa en la que se esté operando.