Un día realmente difícil se vivió el lunes en los mercados financieros en general, con una caída muy fuerte de las acciones en Nueva York. Los índices principales quebraron fuertes soportes, y más allá de alguna corrección puntual, no se les hará sencillo recuperar sus pérdidas.
El motivo, claro está, viene de la mano de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, cuyo rebrote es realmente cruento. A los aranceles aplicados por Estados Unidos ahora sobre la totalidad de las importaciones provenientes de China, el gigante de Asia respondió con una fuerte devaluación del yuan, que llega a su mínimo desde 2008, superando las 7 unidades frente al dólar. La caída del yuan facilita las exportaciones desde China y complica las importaciones, lo que en otras palabras es más o menos lo mismo que hace Estados Unidos, pero con distintos mecanismos.
Esta situación tiene un efecto similar que causa en los rendimientos de los bonos del Tesoro, en la búsqueda desesperada de refugio en el yen y el oro, y en un nivel de incertidumbre que va en crecimiento día a día. Como si ello fuera poco, el ISM de servicios, un dato muy importante para la economía estadounidense, cayó a su peor valor desde agosto de 2016. Desde ese punto de vista, todos comienzan a justificar el recorte de tipos de interés de la Fed.
Una Fed que debe estar ahora mismo mirando que hacer en septiembre. Si bien los efectos de esta guerra comercial reforzada aún son inciertos, todo indica que el banco central deberá volver a recortar en septiembre, algo que el Comité de Política Monetaria descartó hace menos de una semana. Cuesta creer que Trump va a generar el descalabro que creó solo par que la Fed deje la tasa de interés al nivel que él quiere aunque, como se ve en estos años de su mandato, todo es posible.
Al menos, este martes el calendario de noticias luce modesto, lo cual hará centrar la atención de los mercados en los sucesos antes mencionados. Mientras tanto, las monedas de países emergentes se desploman, en especial las de Latinoamérica. El peso mexicano, por caso, cubrió el gap que había dejado a inicio de junio, cuando el propio Trump eliminó antes de implementar los aranceles que había impuesto días antes ante la inacción del gobierno mexicano en cuestiones migratorias. En Colombia, el dólar cerró en su máximo histórico por encima de las 3400 unidades, en tanto en Argentina la moneda estadounidense se acerca a su máximo histórico en el mercado mayorista, por ahora fijado en 46.55 unidades, en medio de una creciente incertidumbre electoral.
Las divisas europeas, en cambio, parecen correr por otro carril. Tanto el euro como la libra esterlina se recuperan modestamente, pero sin sufrir los embates del dólar que muestra en otros frentes. Y es que en verdad con este panorama la moneda estadounidense no tiene mucho para festejar, sobre todo si la Fed comienza a dar signos de algún movimiento en septiembre.
Seguramente sobre ello se expresará el titular de la Fed de St. Luis, James Bullard, que al mediodía del este se presentará en Washington, siendo el primer miembro del FOMC que aparecerá luego de la reunión de la semana pasada. Habitualmente, este tipo de presentaciones no debería tener un alto impacto, pero siendo Bullard un hombre que votó en junio por un recorte y sacudió el mes pasado al dólar pidiendo directamente el mismo en la reunión del miércoles pasado, sus declaraciones serán seguidas con interés por los operadores.
Así las cosas, nos preparamos para una sesión americana en la que podremos ver correcciones de los movimientos de la víspera, dado que estos han sido muy intensos; pero será realmente difícil que las tendencias de corto plazo cambien, sobre todo si los gobiernos de Estados Unidos y China mantienen y exacerban sus posturas radicalizadas.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el miércoles.
Adrián Aquaro
Trader College