El Instituto Nacional de Investigaciones Económicas y Sociales (Niesr) es de la opinión que el abandono de Reino Unido de la Unión Europea el próximo 31 de octubre podría suponer que el país entrase en una recesión económica. Es más, consideran que no se puede tampoco descartar que ya haya entrado en recesión. Obviamente el escenario sería aun peor si cabe si asistiéramos a un Brexit caótico, sin acuerdo, por las bravas (el denominado Brexit duro), en cuyo caso la recesión sería más intensa y acusada.
Pero ya nada invita al optimista, y es que aunque hablásemos de un Brexit acordado, las previsiones apuntan a un crecimiento irrisorio del 1% para el próximo año 2020, a lo que habría que añadir una inflación del 4,1% y una libra esterlina debilitándose. La comparativa es muy significativa, ya que se establece que el PIB del Reino Unido sería un 5% más bajo respecto a un PIB con un Brexit negociado.
Mientras, la libra cae a un nuevo mínimo de 28 meses, siendo la segunda moneda más débil del G10 y dejándose casi un 4% desde el pasado mes de abril). Es más, durante la semana, la libra ha caído un -3% en los últimos 4 días, la última vez que la libra tuvo una racha de 4 días peor que esta fue en octubre de 2016, cuando la moneda cayó -6% en un minuto.
La libra, si bien es cierto que acumula una severa depreciación desde el referéndum de junio de 2016, en lo que llevamos de año se ha mantenido en el rango lateral de 0,85 a 0,90 libras por euro. El potencial de depreciación de la libra es incuestionable ante la incertidumbre política y la creciente fragilidad de la economía frente a un Brexit sin acuerdo. Sin embargo, los inversores estarán expectantes a los próximos planes de Brexit del nuevo primer ministro, poniendo esperanzas en la renegociación del acuerdo de salida con la UE como primera alternativa. Pero me temo que eso es ser demasiado optimista a esta altura de la película.
Como se esperaba con la elección de Johnson como primer ministro, escalan los riesgos de un Brexit duro, con el nuevo primer ministro exigiendo a Europa volver a negociar un nuevo acuerdo y Juncker manteniéndose férreo en la posición de que es el único acuerdo posible y que no está sujeto a renegociación. Para presionar más esta «negociación», en la primera comparecencia del primer ministro en el Parlamento, menciona la posibilidad de elecciones, que podrían cambiar el bloqueo que hasta ahora daría el Parlamento a un no acuerdo.
¿Alguna previsión para la libra? En Eur/Gbp (euro/libra) nos encontramos inmersos en un rango rectangular desde julio del 2017 y precisamente la parte alta de dicho rango debiera de ser un objetivo factible, concretamente en 0,9430.
Respecto a la libra frente al dólar, también cae y llegó a 1.23 por primera vez desde marzo de 2017. El máximo histórico es de 6851.50 en noviembre de 2007 y el mínimo histórico de 1358.50 en noviembre de 1992.
Pero no todo en Reino Unido va a ser la libra, también su índice bursátil es importante. Lo que sucede es que el FTSE100 va muy retrasado respecto al S&P500 estadounidense como bien se puede apreciar en el gráfico, y eso que el mercado británico sube nivel más alto desde agosto de 2018, impulsado por las acciones de Just Eat que se dispararon a su nivel más alto desde marzo tras aceptar un acuerdo con Takeaway, y también porque el Grupo LSE alcanzó un máximo histórico. En la semana sube +2,1% y cerró julio con ascensos de +10,22%.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es