Varapalo el que está sufriendo en Bolsa la compañía ACS, y es que el grupo australiano Cimic, que está controlado por la empresa alemana Hochtief y por la compañía española, se está hundiendo un -18% en la bolsa australiana que es donde cotiza. El motivo es que presentó sus resultados trimestrales ayer y fueron peor de lo esperado por el mercado (su beneficio neto se incrementó un 1,1% hasta los 367 millones de dólares australianos en los primeros seis meses del ejercicio, mejores que el año pasado pero peores de lo previsto). Todo ello lleva a ACS a caer en estos momentos un -6% y a Hochtief un -10% en la bolsa alemana. El nexo de unión de estos tres valores es el que los arrastra al unísono, porque ACS controla el 50% de Hochtief y ésta el 70% de Cimic. Por cierto, Cimic aprovecha su hundimiento para recomprar acciones.
Fíjense que este desplome bursátil de Cimic no es algo inédito, recientemente tuvimos otro episodio, concretamente el pasado mes de mayo se hundió un -10% por un informe de una firma de análisis de Hong Kong llamada GMT que ponía en duda las cuentas de la constructora australiana al estar convencidos de que habían inflado unos 1.000 millones de dólares australianos sus beneficios en los dos últimos ejercicios.
Este contratiempo le supone a ACS reducir las ganancias acumuladas en el año y se mantienen en torno al 12%. Importante el próximo 29 de julio cuando presente sus resultados.
La última vez que escribí sobre ACS fue el 15 de noviembre y les comenté 2 cuestiones al respecto:
1) “Es un valor interesante, a su favor tiene el programa de infraestructura de Trump y la reforma fiscal aprobada el pasado mes de diciembre (que supone el mayor recorte de impuestos en más de tres décadas), hechos positivos para las empresas españolas con presencia en el país (el 35% de la cartera de proyectos está en Estados Unidos con sus nueve filiales). Debiera de mantenerse alcista con un primer objetivo en 38 euros aunque en Wall Street algunos la ven en 40-42 euros”.
Pues bien, ese día estaba en 34,74 euros y ha subido a 40,95 euros, de manera que se ha alcanzado la proyección que les indiqué.
2) “Tiene su soporte situado en los 31,67 euros y sería también válido como opción de rebote al alza si regresase el precio”.
En efecto, llegó a dicha zona el 6 de diciembre y desde ahí comenzó a volar sin parar hasta los 40,95 euros.
¿Y ahora qué? Soy de la opinión de que todo este tema tendrá su incidencia, como es lógico, en la cotización de ACS, pero no debiera de ir más allá del corto plazo, salvo que en sus resultados del 29 de julio tengamos alguna sorpresa grande.
Técnicamente hablando, su zona fuerte e ideal de compra se encuentra todavía alejada en los 31,16 euros, pero antes presenta otra en los 34,39 euros, si bien es cierto que no es tan sólida como la otra, aunque el hecho de que sea también un nivel Fibonacci la refuerza. Es más, la caída que comenzó en mayo tuvo su punto de inflexión justo al llegar a esta zona precisamente por ser nivel Fibonacci, más exactamente, el retroceso 61,8% (ya saben que los mejores niveles Fibo son el 38,2 %, 50 %, 61,8 % y el 100 %). Por tanto, los 34,39 euros será una zona donde los inversores agresivos seguramente se animen a comprar en busca de un rebote al alza.