Deoleo, dueña de marcas como Bertolli, Carbonell, Carapelli, Hojiblanca y Koipe, estaba viviendo un calvario por una serie de razones muy marcadas: registró en 2018 pérdidas de 291 millones de euros debido a la evolución negativa del negocio en algunos mercados clave, como Estados Unidos e Italia; la caída del precio de la materia prima o la fuerte reducción del consumo de aceite en Italia, que es uno de sus principales mercados.
Como consecuencia, la compañía entró en quiebra técnica, lo que implica que su patrimonio neto se colocó por debajo de la mitad de su capital social. Pero el consejo de administración reaccionó proponiendo el pasado 3 de junio a la junta de accionistas una reducción del capital social de 137 millones de euros (reduciendo el valor nominal de las acciones de 0,1 a 0,002 euros), con la idea de compensar las pérdidas acumuladas y abandonar la causa de disolución que reconoció el 28 de febrero. Es decir, pretenden la compensación de pérdidas, porque si las pérdidas de la sociedad dejan el patrimonio neto en una cantidad inferior a la mitad del capital social existe causa de disolución legal. Es más, si las pérdidas de la sociedad originan que el patrimonio neto sea inferior a las dos terceras partes del capital social y ha pasado un ejercicio social sin restablecerse el equilibrio patrimonial, la reducción de capital será obligatoria.
La reacción no se hizo esperar. Al día siguiente sus acciones subieron un 40%, luego se tomaron dos días de descanso con caídas (un total de 13%) producto de que muchos inversores que aprovecharon ese fuerte tirón del 4 de junio procedieron a vender puesto que sus compras obedecían a motivos especulativos de corto plazo. Tras ese mini parón, el viernes se reanudó el tirón alcista subiendo 20,70% y ayer lunes 21,30%. En total, en las últimas cinco sesiones (sin contar la de hoy) acumula una revalorización cercana al 70%, se aproxima a sus máximos anuales y recupera la barrera de los 100 millones de capitalización.
Así pues, ha vuelto el optimismo de los inversores, pero no sólo por la salida de la de la causa de disolución, también ayuda el interesante proyecto de crecimiento de la compañía, puesto que tras recuperar el equilibrio patrimonial, esperan triplicar el Ebitda en los próximos cinco años, hasta alcanzar los 55 millones de euros en el 2023. Y no olvidemos que quieren seguir creciendo en Asia, aunque España, Italia y Estados Unidos se mantendrán como sus principales mercados referente.
Hasta hace poco las acciones de Deoleo no ofrecían nada interesante, pero con todas las novedades la cosa cambia, aunque no para un inversor conservador, sino para uno agresivo y siempre dentro de una cartera bien diversificada. Por tanto, un perfil conservador es preferible que no entre en la compañía.
Técnicamente hablando, pueden ver en el gráfico la formación de un suelo a mediados del mes de mayo y he querido trazar retrocesos Fibonacci porque tras una fuerte caída y formación de un suelo tienden a funcionar muy bien. Les explico brevemente algunas cuestiones de Fibonacci y acto seguido vemos qué sucede al aplicarlo al gráfico de Deoleo.
- – Los niveles claves son el 38,2%, 50%, 61,8% y el 100%. Si el precio tiene un retroceso, desde el máximo de su anterior avance, inferior al 38%, se considera que el movimiento precedente es fuerte.
- – Si el precio tiene un retroceso, desde el máximo de su anterior avance, superior al 60%, se considera que el movimiento precedente es débil.
- – El primer retroceso después de un fuerte movimiento alcista suele ser una zona de compra en el 95% de las veces.
- – Después de un retroceso hasta el 38%, el avance posterior suele alcanzar nuevos máximos.
- – Si el retroceso queda en la zona del 50 % las posibilidades de hacer nuevos máximos se reducen al 50 %.
Volvamos al gráfico, están trazados los 3 niveles clave (38,2%, 50%, 61,8%) y el primero de ellos, el más cercano, viene casi a coincidir con una resistencia, lo que implica que el primer objetivo de la subida sería la zona de 0,0985-0,0989.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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