Podríamos estar asistiendo al nacimiento de un nuevo gigante en el sector automovilístico. Y es que Fiat Chrysler y Renault están en proceso de negociaciones para crear la que sería la tercera mayor automovilística del mundo. El tema es que Fiat Chrysler propuso a Renault una fusión de ambas compañías mediante la creación de una nueva empresa en la que los actuales accionistas de ambos grupos mantendrían el 50% del capital.
Si todo marcha como se supone, estaríamos hablando del nacimiento del tercer fabricante mundial de vehículos (con casi 9 millones de unidades al año), el cuarto en ventas en América del Norte, el líder en América Latina y el segundo en Europa-Oriente Medio. En principio, podríamos estar hablando de unos 170.000 millones de euros anuales de facturación.
Todo el mundo se muestra encantado con el tema, no sólo las compañías involucradas, sino también el Gobierno francés y el italiano y por supuesto los inversores.
El nuevo “monstruo” tendría sede en Holanda y cotizaría en las bolsas de New York, París y Milán, contando a su favor con una muy buena diversificación geográfica y agruparía marcas como Alfa Romeo, Maserati, Jeep, Lada, Dacia, Renault y Fiat. Otra ventaja es que estaría preparado para las exigencias de la reducción de emisiones, sin olvidar que originaría unos 5.000 millones de euros cada año en concepto de ahorro de compras.
Eso sí, hay que tener paciencia, ya que la fusión seguramente tarde y podría tardar incluso un año.
Convendría no olvidar el otro tema clave para el sector. El sector de automóviles (y componentes) europeos tiene un balón de oxígeno tras una gran preocupación e incertidumbre y puede respirar aliviado al menos durante seis meses, y es que Trump ha decidido retrasar el plazo que había establecido para decidir si aplicaba aranceles a las importaciones de coches europeos.
Recordemos que el plazo terminaba el día 18 de mayo, por lo que los nuevos aranceles entraban en vigor ese día y afectaría de lleno a la importación de vehículos y componentes procedentes de Europa, teóricamente con la finalidad de proteger a las empresas estadounidenses.
De todas maneras calma, porque tengamos en todo momento presente la idea central: Trump no ha dicho que desista de aplicar esos aranceles, que sería la buena noticia, sino que se toma más tiempo para pensarlo, pero nadie ha dicho en ningún momento que finalmente no lo haga. La razón de querer imponer aranceles se basa en la amenaza de la seguridad nacional porque la competencia de otros fabricantes limita la capacidad de las firmas locales para investigar nuevas tecnologías. Precisamente es la misma base legal a la que se acogió Trump para elevar los aranceles sobre el acero y el aluminio.
Los efectos serían muy perjudiciales al aplicar aranceles de hasta un 25% a los coches y sus piezas importadas y la Comisión Europea advirtió a Trump de medidas similares para el sector del automóvil norteamericano, es decir, ojo por ojo. Además, los aranceles podría encarecer el precio final de los coches en hasta 6.800 dólares y las caídas en las ventas tendrían importantes repercusiones en el empleo. Sin olvidar que los nuevos aranceles también perjudicarían a la economía mundial distorsionando el precio de los coches, y lastrando a toda la cadena (fabricantes, proveedores de componentes, concesionarios, transportistas). Claro, los fabricantes tendrían que trasladar el incremento del precio de los automóviles a los clientes y/o proveedores.
Pero volvamos al tema de la fusión. Si hubiese que escoger entre Renault o Fiat, me quedaría con la primera.
Renault: 2018 fue un año duro con fuertes caídas, y es que al tema de los aranceles de Trump al sector automovilístico europeo había que añadir que llegó a su fuerte resistencia formada en mayo de 2015, concretamente llegó en marzo. Fue tocarla y hundirse literalmente.
El 20 de noviembre les comenté que “seguramente los inversores especulativos estarán vigilando los 51,95 euros como posible opción de cara a buscar un rebote al alza”. Pues bien, de momento no fue mal, llegó a ese precio a mediados de este mes de mayo y ha subido un +10,58%.
Pueden ver en el gráfico que los 51,95 euros era un nivel de soporte que se formó en octubre de 2014, esa era la clave.
Su atractivo radica en su exposición geográfica que le hace tener un menor riesgo en el conflicto comercial. El sentimiento del mercado le otorgaba un potencial de subida del 20% hace unas semanas, de manera que si le restamos que subió un 10,58% restaría un 9%.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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