Los tipos negativos están aquí para quedarse. Los inversores están aumentando las apuestas de que las tasas de interés del BCE caerán aún más. Los mercados de dinero dan una probabilidad del 40 % de que el BCE recorte las tasas para el primer trimestre de 2020. El BCE es uno de los 5 bancos centrales con tasas negativas (ver gráfico vía Bloomberg). Lo vaticinaba hace dos meses Andrew Bosomworth, de PIMCO: «El Banco Central Europeo no podrá subir los tipos de interés demasiado en los próximos años. Esto no es algo nuevo, pero cada vez son más los expertos que argumentan esta hipótesis que podría dejar a la Eurozona en un lugar muy similar al de Japón: tipos eternamente bajos, escasa inflación y un crecimiento económico raquítico. A los múltiples factores que entorpecen la economía de la Eurozona e impiden al BCE subir tipos, se puede añadir que su ajuste dará comienzo justo cuando la economía de EEUU comience a perder fuerza y las condiciones globales sean menos acomodaticias. No creo que Europa llegue a estar muy por encima de cero», sostenía Bosomworth, director administrativo de PIMCO.
Holger Zschaepitz @Schuldensuehner
Los inversores llevan tiempo esperando que el BCE aumente los el precio del dinero, que lleva años en niveles históricamente bajos e incluso negativos. Pero las ansiadas subidas de tipos en la Eurozona se enfrentarán a una larga ristra de obstáculos (inflación subyacente, populismos, deuda…) que a día de hoy parecen insalvables para todo el mundo salvo para el BCE.
A su vez indicaba que la economía de EEUU disfruta de su segunda expansión más larga de la historia, lo cual está ya generando especulaciones sobre la llegada del final de este ciclo. Se espera que el crecimiento se modere en 2019, ya que están disminuyendo los efectos de los recortes de impuestos realizados por el presidente Donald Trump y sus aranceles comerciales y un dólar fuerte pesan sobre la economía.
Bosomworth cuestionaba la afirmación hecha por el presidente del BCE, Mario Draghi, de que la zona euro puede soportar una caída de las exportaciones apoyándose en la demanda interna. El ejecutivo calificó el superávit por cuenta corriente de la región, de más del 3% del PIB, como testimonio de la dependencia del comercio por parte de la Eurozona.
«Cuando los vientos del exterior comiencen a soplar en una dirección desfavorable, esto se filtrará pronto a todos los indicadores de Europa que cubren el ciclo económico», aseguraba Bosomworth.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa