Teresa May invitó ayer al Parlamento a que respaldara su plan de salida (WAB o Withdrawal Agreement Bill) a cambio de ofrecer un referéndum posterior sobre el mismo. Este es su último intento, antes de dimitir en junio, de dejar al país encaminado hacia una salida suave, pero el intento resultó fallido, pues tanto laboristas como muchos conservadores criticaron el plan, situándonos de nuevo en esta situación laberíntica, en donde la quinta economía del mundo se enfrenta a todos los escenarios posibles: cancelación del Brexit, Customs Union, extensión de la extensión o No Deal (Hard Brexit).
Por supuesto no puede faltar la pregunta incómoda del día: ¿Qué debemos esperar? Se lo explico en 5 puntos.
- Endurecimiento de la retórica de políticos y empresarios No se extrañen si ven un endurecimiento verbal por parte de líderes políticos europeos y británicos. Tampoco debe extrañarles ver a bancos aumentando las probabilidades de un Hard Brexit (JPM acaba de hacerlo, aumentando del 15% al 25% la probabilidad de un Hard Brexit). ¿Por qué no deben extrañarse? La dimisión de May en junio abre la puerta a un nuevo primer ministro (PM) que inevitablemente será un “hardliner” –posiblemente Boris Johnson-, puesto que será escogido por los conservadores, en su mayoría defensores de una ruptura con Bruselas.
- Boris Johnson como PM lo tendría muy difícil para promover un Hard-Brexit: Sin duda, la irrupción de un nuevo primer ministro británico como Boris Johnson (o cualquier otro Eurófobo) generaría preocupación entre los inversores, algo que pesaría en la libra y los activos británicos. Sin embargo, y dado que los números en el Parlamento permanecerían inalterados, Johnson lo tendrá igual de complicado que Teresa May a la hora de aglutinar una mayoría que abra las puertas a un No-Deal. Tengan en cuenta que muchos Tories pro-europeos (incluido el gabinete), ya han anunciado que desafiarán a Johnson “incluso más si cabe de lo que lo hicieron con Teresa May”. Sin olvidar que también Laboristas y Liberales estarían más unidos que nunca en la oposición.
- ¿Elecciones anticipadas para promover un Hard-Brexit? Probablemente No Algunos colegas del Reino Unido dicen que Johnson podría promover elecciones anticipadas con la esperanza de obtener una mayoría más amplia, y así promover un No-Deal desde una posición de fuerza. Los que saben de política británica me cuentan que Johnson, en su infinita ambición, no pondrá en peligro su nuevo estatus de PM (al menos hasta pasado un buen tiempo). Concuerdo. Soy de los que piensa que para llegar lejos en política hay que tener suficiente vanidad y ambición, pero la ambición siempre debe superar a la vanidad. Eso justificaría mi apuesta.
- ¿Probable extensión de la extensión? ¿Por qué no? Líderes como Macron pueden endurecer su discurso de oposición a extender de nuevo la fecha de salida, pero incluso ellos saben que tiene poco sentido forzar en Europa una situación de dislocación comercial que resultaría de un No-Deal. Con un nuevo líder al frente de la Comisión Europea, las elecciones al Parlamento ya finalizadas, y con la “necesidad” de que el Reino Unido siga contribuyendo al presupuesto comunitario (al menos hasta finales de 2020), una nueva extensión de la fecha de salida parece algo probable.
- Incluso Johnson probablemente quiera evitar un Hard-Brexit ¿Buscará Johnson desafiar al Parlamento, y rechazar extender la fecha límite? Miren. Cuando Johnson asuma como PM, con toda seguridad recibirá un documento escrito de advertencia desde el Tesoro, el Banco Central, la patronal de empresarios, e incluso del ministerio de Defensa. En este documento se advertirá de que un No-Deal (y el consecuente Hard Brexit), pondría en peligro la estabilidad financiera del país, la economía, incluso la seguridad nacional, pues un Hard Brexit aumentaría el riesgo de actividades terroristas. ¿Cómo sabemos que estas advertencias se entregarán? Porque las mismas advertencias fueron entregadas a Teresa May en un dossier de 14 páginas el 1 de abril, cuando su gobierno estaba considerando el No-Deal. Igual que entonces, el nuevo Primer Ministro tendrá que decidir entre dos opciones: 1) Reírse de tales advertencias y confiar en las siempre imprecisas valoraciones de Nigel Farage sobre lo “inofensivo de un Hard-Brexit”, o 2) Reflexionar sobre cómo a veces los presidentes se encuentran en situaciones adversas tras aceptar vaporosos consejos de asesores livianos. Es muy probable que opte por esta segunda opción, y escuche las advertencias de profesionales.
¿Una lectura poco convencional? Lo reconozco, pues a primera vista pudiera parecer que el escenario malo gana posibilidades (al fin y al cabo, Johnson no es May). Es en estas ocasiones cuando siempre recuerdo algo que me enseñaron: No hay que confundir el ver con el mirar. No detenerse en lo obvio, y que puede velar la lectura más allá de lo irrelevante.
Álex Fusté
Economista jefe
Andbank España
Un artículo del Observatorio del Inversor
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