La actual guerra comercial entre Estados Unidos y China representa un riesgo significativo para ambos países y para la economía mundial. Los aranceles sobre las importaciones reducen y limitan el poder de compra de las familias porque el encarecimiento de los bienes comprados al exterior recorta su renta disponible, repercutiendo para mal en el consumo. Y no olvidemos que toda esta situación de incertidumbre originaría que las familias y las empresas ahorren más e inviertan menos, con lo que la economía caería.
La cuestión se centra en dos grupos: los aranceles de Trump a China y a la Unión Europea (y en este caso la lista es muy amplia también, pero hay que destacar el sector automovilístico).
Unión Europea
En la Unión Europea, los que llevarían las de perder serían Irlanda, Reino Unido y Alemania. Respecto a España, cabe destacar que prácticamente el 7% de las exportaciones estarían expuestas a la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Sí, es cierto que somos de los países menos expuestos porque nuestras ventas al exterior se dirigen en buena parte a la eurozona, pero también es cierto que exportamos unos 18.000 millones de euros anuales a la zona en conflicto, es decir, de nuestras ventas, el 4,8% van a USA (12.500 millones de euros) y el 2,3% a China (5.500 millones de euros).
En 2018 el sector de automóviles europeos sufrió bastante, ya saben que el presidente Donald Trump está considerando imponer aranceles a los automóviles extranjeros, una medida que la industria automotriz ya advierte, y con razón, que podría paralizar un sector que ya se enfrenta por sí mismo a una desaceleración. Además, hay que añadir la incertidumbre por el tema de la contaminación de las emisiones de los coches y la prohibición de circular más adelante en determinadas ciudades europeas.
Vamos a centrarnos primero en las compañías de este sector. Alemania es el país europeo más expuesto al mercado estadounidense. En el 2018, Volkswagen, Daimler y BMW exportaron coches a Estados Unidos representando el 45% de las exportaciones europeas de vehículos a EE.UU., lo que hace una idea de las compañías que se verían más perjudicadas. Concretamente, Daimler obtuvo un 25% de su negocio total en Estados Unidos el pasado año y es la compañía del sector europeo más expuesta a EE.UU., no en vano en 2018 cayó en bolsa un 35%. Por su parte, las ventas de Volkswagen a Estados Unidos representaron el 16% y las de BMW el 17%.
En lo referente a las marcas francesas, hay que resaltar que su exposición en EE.UU. es menor que en el caso de las compañías germanas. Para Peugeot este mercado supone el 4% de sus ventas y para Renault el 5,5%.
Si hablamos de España, tenemos que centrarnos en Cie Automotive, compañía vulnerable al tema del proteccionismo de Trump (ya el año pasado tuvo importantes movimientos marcando en verano máximos históricos y luego cayendo más de un 35%) y Gestamp.
Todo este tema de los aranceles al sector europeo no tiene sentido, no se puede invocar como pretexto la seguridad nacional, ya que si fuese cierto simplemente se prohíbe la entrada del producto en el país, pero no se le grava más. Pero la realidad es que Trump pretende que la amenaza de aranceles a los vehículos ejerce una buena presión para conseguir rebajar el déficit comercial y abrir el mercado de la agricultura y la energía europea a Estados Unidos, cosa que la UE no está por la labor.
Sea como fuere, pronto saldremos de dudas, recuerden que el secretario norteamericano de comercio indicó que Trump tomará una decisión sobre la imposición de aranceles a la importación de vehículos el próximo 18 de mayo.
China
Saldrían perjudicadas las compañías que tengan intereses comerciales en EE.UU. y en el gigante asiático. Un ejemplo sería Apple. Las compañías petroleras y mineras también salen perdiendo, básicamente por la reducción de la demanda de materias primas. Y no olvidemos las compañías con exposición en países emergentes, lo que nos llevaría a mencionar a cuatro grandes del Ibex 35como son Santader, BBVA, Telefónica e Iberdrola. Para completar la terna estaría el sector del lujo con una importante exposición en el continente asiáticos, destacando a LVMH y Kering.
En el otro lado de la balanza, estarían las compañías que no tengan presencia ni en EE.UU. ni en China, así como aquellas empresas norteamericanas cuyo negocio se base principalmente en la economía local.
La pregunta
La pregunta que se hace todo el mundo es si Trump va de farol y esos tweets amenazantes de hace varios días obedecen a una estrategia negociadora o bien es que realmente se ha cansado ya de China y quiere pasar página poniendo punto y final al asunto. Yo me inclino más por la primera opción, más que nada porque Trump necesita un acuerdo comercial con China, sus palabras y amenazas son una manera de ejercer presión, pero al final, tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo y seguramente sea antes o como muy tarde en la reunión del G20 en Osaka el próximo mes de junio.
Refugio
Si finalmente todo saltase por los aires y Trump se lanzase de lleno con aranceles a China y la UE y éstos tomasen represalias, la renta variable lo acusaría y sería el momento de pensar en activos refugio, tales como el oro y el yen.
Ismael de la Cruz
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