La papelera Ence continúa su calvario bursátil. Regresó al Ibex 35 el pasado mes de diciembre sustituyendo a Día (nada más y nada menos que 22 años después, puesto que ya estuvo en el periodo 1995-1997), pero a día de hoy hay que resaltar que es la compañía más bajista en lo que llevamos de año en el selectivo español (pérdidas que superan el 10%) y desde el mes de octubre se deja más de un 40%.
Y es que en los últimos meses la cotización de Ence se ha visto lastrada por la posibilidad de un cierre de su planta de Pontevedra (el cese de su actividad tendría un impacto en las cuentas por valor de 185 millones de euros). El tema es que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió retirar su apoyo a la compañía en lo referente a la prórroga a la concesión de terrenos para su fábrica en la ría de Pontevedra, una de sus plantas clave (una concesión de 75 años que tramitó el Gobierno de Mariano Rajoy en enero de 2016). La cuestión no es baladí, un tercio de los ingresos de Ence proviene de esa planta.
Claro, los inversores estaban muy pendientes de las elecciones generales y ver quién sería el inquilino de Moncloa, pero la victoria del PSOE abre las puertas a que continúe en el Gobierno, con lo que las preocupaciones se mantienen y la tónica imperante de penalización bursátil sigue su camino.
Ence no tiene entre sus planes rendirse y pretende luchar en los tribunales, aunque ha dejado claro que si finalmente no logran su cometido se irán allá donde resulte menos costoso, sin descartar invertir fuera de nuestro país.
Mientras tanto, los inversores esperan al 6 de mayo, fecha en la que se presentan las cuentas del primer trimestre y de esta manera se podrá evaluar el impacto de todo el tema.
Respecto al dividendo, el pasado 11 de abril entregó 0,054 euros por acción, siendo una de las diez compañías con mayor rentabilidad por dividendo.
En el mes de marzo les comenté la formación de un techo redondeado, un patrón de cambio de tendencia, de alcista a bajista, que se produce en la recta final de una tendencia alcista y que se caracteriza porque el giro o cambio de tendencia se produce de manera lenta y progresiva. Cuanto más tiempo haya permanecido el precio en la zona de máximos y mayor sea el volumen, mayor incidencia y repercusión tendrán los efectos posteriores a la culminación del patrón. El volumen suele incrementarse a ambos extremos del techo redondeado, aunque por regla general veremos un mayor incremento durante la formación del movimiento alcista previo.
Pues bien, nada ha cambiado desde marzo, la tendencia bajista se mantiene y estamos por debajo de los mínimos de 2018 y muy cerca de los de este año.
El soporte de 4,85 euros (que les indiqué que no era fuerte) por el momento logró evitar más caídas cuando fue tocado hace unas semanas y provocó un pequeño repunte al alza hasta los 5,44 euros. Ayer de nuevo volvió al soporte.
Mi opinión es que el escenario no invita para estar en la compañía. La vuelta de Pedro Sánchez al Gobierno mantiene vivo el problema de Ence y puede seguir acusándolo.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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