Vamos a ver un poquito del derrumbe de la lira turca, un buen ejemplo de cómo la intervención de un Gobierno es suficiente para mover fuertemente una moneda.
La divisa turca es cierto que el pasado año 2018 se hundió un -40%, pero este año la cosa había cambiado desde que el Banco Central turco decidió subir los tipos de interés (24%) en el mes de septiembre. En el gráfico del dólar frente a la lira (usd/try) se aprecia primero la enorme caída de este mercado (es decir, la lira se fortaleció frente al billete verde justo desde septiembre con la subida de las tasas) y posteriormente este año se había tomado un merecido descanso para oxigenar un poco.
¿Y por qué la lira turca se ha hundido éstos últimos días? De hecho cae en torno al 4% justo antes de las importantes elecciones que afronta el país este mismo fin de semana. Y no sólo la divisa, la Bolsa de Estambul cayó ayer un -5,6% a niveles de julio del 2016.
Bien, las razones son las siguientes:
- – Las dudas acerca del estado de salud por el que atraviesa su economía doméstica. Y es que la economía entró hace poco en recesión (algo que no sucedía desde hace una década) y la inflación está haciendo mella entre la población.
- – Los bancos han cerrado el grifo de los prestamos en liras y las autoridades adoptaron una serie de medidas para poder limitar la disponibilidad de divisas. Ello supone que los inversores extranjeros no han tenido más remedio que vender buena parte de sus posiciones para de esta manera acceder a liquidez. Claro, tampoco ayudó que JP Morgan aconsejase a los inversores salir rápidamente de la lira.
La reacción de Erdogan no se hizo esperar e instó a investigar si JP Morgan tenía intereses ocultos para realizar tal severa afirmación, además de acusar firmemente a los especuladores de pretender hundir la economía del país.
Como pueden entender, todo este tema se ha convertido indiscutiblemente en una baza electoral por parte de los partidos políticos.
De todas maneras, como es obvio, estas medidas, aparte de estar respaldadas por el Gobierno, son temporales.
Dos datos más: el costo de los préstamos de liras durante la noche en el mercado swaps offshore se disparó a más del 1.000 por ciento y el rendimiento de los bonos turcos a dos años saltó por encima del 20 por ciento.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es