El pasado 15 de octubre les comenté que en mi opinión se me antojaba una apuesta muy arriesgada para comprar. Desde ese día ha caído de 1,38 a 0,53 euros. No se trataba de un capricho, les expuse las razones para ello:
- – En el mes de setiembre presentó unos resultados decepcionantes con pérdidas de 843 millones de euros debido a la repercusión del traspaso del negocio de concesiones. Ahora, hay que añadir que registró una pérdida neta de 1.529 millones de euros en 2018 encadenando su tercer ejercicio consecutivo en pérdidas.
- – Ese mismo mes, los inversores bajistas intensificaron sus apuestas e incrementaron sus posiciones hasta casi el 10%, en lo que suponía todo un récord.
- – El ERE que el grupo acometió a comienzos de año.
- – Las pérdidas derivadas de sus proyectos legacy (obras internacionales fallidas).
- – Las minusvalías de desinversiones.
- – La CNMV le abrió un expediente sancionador por amañar, presuntamente, su participación en licitaciones públicas para la construcción y rehabilitación de infraestructuras y edificios.
- – La reforma fiscal del Gobierno y Podemos no favorece tampoco. Y es que se obliga a tributar por el 5% de los dividendos percibidos por las filiales extranjeras, afectando de lleno a las constructoras, que tienen parte de su negocio fuera.
Pero ha comenzado el año con ganas alcanzando ya el 60% de revalorización y logrando situarse por encima de 1 euro (recordemos que las acciones de OHL cotizaban por debajo del euro desde el pasado mes de noviembre cuando marcó mínimos históricos). ¿Y qué es lo que ha sucedido? Pues básicamente los rumores corporativos, por ejemplo el interés de la constructora italiana por comprar una participación. Todo ello ha llevado a que en las últimas sesiones se haya animado la cotización. De todas maneras, calma, porque el Grupo Villar Mir se ha apresurado rápidamente a decir que si bien es cierto que han recibido muestras de interés, no tienen ningún mandato de venta en este momento.
Es cierto que a los precios actuales es muy interesante OHL, máxime si tenemos en cuenta que su precio objetivo se sitúa en torno a 1,78 euros, pero los problemas que rodean a la compañía y que las subidas hayan dependido de rumores, invita a que a día de hoy sea una inversión para inversores agresivos o para una cartera bien diversificada sin una ponderación excesiva en la compañía.
Técnicamente hablando, pueden ver en el gráfico lo que ha sucedido las dos últimas veces que hemos tenido sobreventa: en agosto de 2016 supuso un suelo de mercado; en octubre de 2018 de momento también parece que formando un suelo, aunque este extremos habrá que esperar para confirmarlo. Lo mismo sucede con la sobrecompra, la última fue en octubre de 2017 y marcó un techo de mercado.
La volatilidad anual registrada a 30 sesiones es del 95,68%, lo que implica que es una volatilidad muy elevada.
Su Beta indica que el precio de la acción se mueve en la misma dirección que su índice de referencia, aunque con mayor rango de movimiento.