Las fuertes caídas el pasado viernes del Shanghai Composite (-4,4% en la sesión) y del CSI 300 (caída de casi el 4% en la sesión) en la jornada de cierre semanal, han hecho buena nuestra recomendación del pasado lunes de esperar recortes para entrar en la Bolsa china, ya que en general no nos gusta entrar tras subidas tan fuertes como las de los dos últimos meses. Seguiríamos esperando a que el Shanghai Composite, que sigue muy cerca de los 3.000 puntos tras el recorte del viernes, se acerque a los 2.500 puntos para entrar en torno a esos niveles.
Pero no solo ha sido la Bolsa china la que ha sufrido esta semana. En Europa, el BCE proyectaba el jueves un sombrío panorama económico para la zona euro, rebajando el crecimiento de este año al 1,1% y dejando en los mercados la preocupación de que finalmente la caída de la economía puede ser incluso peor que la adelantada por Draghi.
En cierto modo, más que los números, lo que realmente preocupó a los inversores fueron los gestos y el tono de Draghi en su rueda de prensa. Lejos del optimismo casi arrogante del «whatever it takes», Draghi dejó la sensación de que el BCE está bastante desconcertado ante una desaceleración económica que no esperaba. Sin duda las dotes del BCE como predictor del ciclo económico no han quedado en muy buen lugar, ya que hasta hace poco trasladaba una visión optimista sobre la economía europea. Además, el BCE se encuentra ahora sin munición ante la eventual caída de la economía europea, al haber agotado las posibles herramientas para combatirla.
Tal vez esa falta de alternativas es lo que ha llevado al BCE a lanzar una nueva ronda de financiación barata a los Bancos europeos (TLTRO), una iniciativa que tal vez ayude a algunos Bancos (se habla sobre todo de los Bancos italianos) a refinanciar los créditos que tomaron en el anterior TLTRO de 2016 y que vencen ahora, pero que, en términos generales, no ayuda a la economía europea, cuyo problema no es la escasez de crédito disponible sino la ausencia de destinos para el crédito en una economía estancada.
Tampoco ayuda a los Bancos el nuevo TLTRO, salvo alguna excepción, ya que su problema no es la financiación sino la falta de negocio. Los Bancos europeos tienen hoy más de seiscientos mil millones de euros en el BCE pagando el 0,4% y desde luego preferirían mil veces que los tipos se pongan en positivo a que se les dé más dinero gratis, pero que no saben cómo utilizar.
Es por ello comprensible la reacción bajista de la banca europea tras las palabras de Draghi, reacción que se ve en el Gráfico en la línea roja. Es menos compresible, salvo por un efecto lateral de desvío de dinero hacia activos más defensivos, la respuesta alcista de las «utilities» a las palabras de Draghi, que también se aprecia en el Gráfico, en la línea azul. Es verdad que las utilities están muy endeudadas y que la prolongación de tipos muy bajos les va bien, pero al final si la economía europea no funciona también sufrirán las utilities, aunque la necesidad de los productos que venden (electricidad, energía…) les dé un perfil más defensivo.
¿Hay que aprovechar los recortes para comprar banca europea? A nuestro juicio aún no. Esperaríamos a niveles inferiores a los actuales, más en línea con los de principios de enero, para tomar posiciones en los Bancos europeos y exactamente lo mismo haríamos en las utilities europeas que, tras las subidas recientes, nos parecen bastante sobrevaloradas. Mientras eso suceda, preferimos estar fuera del mercado.
Fuente: Renta 4 Banco
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