La economía española está expuesta a Reino Unido porque éste es el segundo país receptor de inversiones españolas y el primer emisor de turistas. Una de las consecuencias que veríamos con un Brexit sin acuerdo sería la depreciación de la libra esterlina. IAG teme bastante la incertidumbre ya que se producirían cancelaciones de vuelos y no olvidemos también que otro de los sectores más afectados sería el sector turismo de España, dado que los ingresos procedentes de turistas británicos representan casi el 25% del total de los ingresos por turistas en España.
El tema es que la Comisión Europea dará a grupos como IAG un periodo de seis meses para reestructurar su accionariado de cara a mantener sus derechos de vuelo en la Unión Europea en caso de que Reino Unido se salga del bloque sin acuerdo el 29 de marzo. Hay que tener en cuenta que en ese escenario de divorcio, los derechos de vuelos completos para desplazarse sin limitaciones en el territorio europeo solo serían para aquellas compañías que demostraran que la mayoría de su capital es europeo. El objetivo de las autoridades comunitarias es forzar a las aerolíneas para que den entrada a capital europeo que les permita mantener tanto los derechos de vuelo como las licencias para operar.
Pero al margen de todo el tema del Brexit, la noticia sigue siendo que la compañía será excluido a partir del 1 de marzo del índice MSCI, un referente para muchos fondos de inversión de todo el mundo, y claro, esto añade más incertidumbre si cabe acerca de si la aerolínea va a continuar siendo española y comunitaria tras el Brexit. En el caso contrario, afectaría bastante a su operativa y sus ingresos al no disponer de licencia dentro de la UE.
IAG ha presentado hoy resultados, logró un beneficio (antes de partidas excepcionales), de 3.230 millones de euros lo que supone un aumento del 9,5%. Por su parte, el beneficio neto después de extraordinarios se incrementa un 44,2% hasta los 2.897 millones.
El pasado 3 de enero les comenté que siempre y cuando no lleguemos a un Brexit sin acuerdo, las acciones deberían de ver este año los 7,80 euros como primer objetivo. De momento, desde ese día subió de 6,61 a 7,63 euros.
La realidad es que entre la información de la exclusión del MSCI y que los inversores comenzaron a plantearse la nacionalidad que tendrá la empresa tras el Brexit, ha provocado que los inversores decidieran vender e imponerse la presión bajista.
Técnicamente hablando, el soporte formado en julio del 2017 y que fue puesto a prueba con éxito en septiembre de 2017, actuó muy bien al volver a ser tocado hace poco, en octubre de 2018, frenando las caídas y propiciando un interesante rebote al alza. Dicho soporte, una vez reajustado, pasa a fijarse en los 6,27 euros. Así pues, si el precio regresase a esta zona podría ser una opción de rebote al alza.
Respecto al final de las subidas, también hay dos aspectos que han influido:
- – Llegó este mes a la resistencia formada en noviembre.
- – La llegada a dicha resistencia se ha producido con sobrecompra, hecho que intensifica la fortaleza de toda resistencia. Fue tocarla y empezar a caer.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
investing.com