«Datos demoledores: el 76% de todas las OPV en Wall Street durante 2017 fueron de empresas sin ganancias. En octubre de 2018, el porcentaje fue del 83%, superando incluso el 81% visto justo antes del colapso de las puntos.com en 2000. Se acabaron los días de vino y de rosas. La desconfianza es total en la Bolsa, en general, y en las salidas a Bolsa en particular. Y más, como los casos de empresas, que fueron opadas y excluidas del mercado en su día, hace muchos años, y ahora sus dueños intentan colocarlas, pero no han podido. La sensación, hoy como ayer, es que si el sentimiento de mercado es negativo, las salidas de empresas a Bolsa son un caramelo envenenado para quienes las suscriben de manera directa (los inversores o ahorradores) o un fiasco para quienes lo hacen de manera indirecta (a través de los fondos de inversión) inducidos por los gestores. Son, sin embargo, una buena actuación para los promotores y protagonistas, porque cogen el dinero y corren. Un dinero, o liquidez, que de otra manera no conseguirían. Para que una empresa salga a Bolsa es fundamental que el mercado esté caliente, con buen tono alcista y dispuesto a tragarse todo, como los peces de agua dulce, que pican a cualquier cosa….»
https://qz.com/1540608/the-problem-with-silicon-valleys-obsession-with-blitzscaling-growth/
Trevor Noren @trevornoren
«Si la Bolsa está débil, la empresa se estrenará mal y evolucionará peor. Por eso, la mayor parte de las últimas salidas a Bolsa se han convertido en trampas para cazar elefantes, trampas, es más, de las que difícilmente se podrá salir, porque las pérdidas acumuladas son cuantiosas. En las últimas colocaciones solo ha habido dos ganadores: las empresas que se han estrenado en Bolsa, porque han cogido dinero, y los colocadores de las ofertas, porque se han llenado los bolsillos con buenas y sabrosas comisiones. Además, la sequía de nuevos estrenos es dramática, lo que empeora el sentimiento alrededor de este tipo de operaciones», dice un viejo lobo de la antigua Bolsa de Madrid.
En el mismo acto, uno de los grandes expertos del mundo (global) de las Finanzas y la Bolsa es Sefuelix @Sefuelix , que destacaba hace unos meses, que cuando alguien pospone su salida por «la inestabilidad» quiere decir:
- 1- No confía nada en sí mismo
- 2- Te quería vender una moto y cree que ya no lo vas a comprar.
- 3- El día en que decida salir, mejor no lo compres.
Cepsa no es la única compañía que ha decidido esperar a que escampe. Sonae SGPS anunció el jueves que no continuará con la OPV de su cartera de comercio minorista, que incluiría a Sonae MC, líder de mercado en el área del comercio minorista alimentario, “debido a las condiciones adversas actuales en los mercados internacionales”.
Por su parte, el gigante chino de streaming musical, Tencent Music Entertainment Group -el Spotify chino-, ha reducido a la mitad el precio de su OPV hasta los 2.000 millones de dólares mientras que LeasePlan Corp NV, la mayor operadora de flotillas de coches de Europa, ha descartado finalmente su salida a Bolsa por el deterioro de los mercados. Compañías que se suman a la saudí Aramco, que suspendió el pasado mes de agosto su salida a Bolsa.
En el caso de España, son varias las compañías que han decidido esperar a que la situación mejore, entre ellas, Azora, Vía Célere o Testa.
Enzo Martínez
La Carta de la Bolsa