El dólar mantiene su firmeza que muestra desde la semana pasada, observando nuevos máximos ante el euro, libra Esterlina y yen.
La divisa estadounidense basa su movimiento alcista en buenos datos macro de Estados Unidos, pero también en la propia debilidad de las cifras de otras latitudes. Por caso, Alemania sigue publicando informes que muestran un crecimiento casi nulo de la “locomotora europea”, lo cual justifica la postura del BCE respecto a que no podrá tocar la tasa de interés durante todo 2019.
En cuanto a la libra Esterlina, además de las cifras de inflación de Reino Unido conocidas en la víspera, menores a las esperadas, la cuestión del Brexit sigue calando hondo en la divisa británica. Luego de un fugaz rally de más de 80 puntos ante la versión de que el gobierno de Theresa May solicitaría a Bruselas una postergación del Brexit, la libra volvió a hundirse, para quebrar en estos momentos la zona de 1.2800 y acercarse a los mínimos de fines de enero.
No obstante esta caída, crece la especulación de que Reino Unido no tendrá muchas opciones más que la de solicitar una postergación sin fecha definida de ejecución de la salida de la UE. Por lo visto, los políticos británicos no deben querer quedar en la historia por las evidentes muestras de ineptitud y mezquindad, que los hacen mirar sus propios intereses antes que buscar una salida ordenada. Claro está, se trata de una salida que ellos mismos alentaron, y que ahora no ven como definir.
Un pedido de postergación, que se descuenta será aceptado por la UE, le daría un impulso alcista de la libra casi histórico. Tal vez, por ello mismo, es que vemos esta caída. Siempre hay alguien que lee el periódico de la semana próxima, y los bancos son normalmente los que no solo lo hacen, sino que los escriben.
El optimismo respecto a este pedido de postergación, y a que finalmente Estados Unidos y China lleguen a un acuerdo de no imponerse aranceles mutuos más allá de los conocidos, está desinflando al yen y a la onza de oro. La moneda nipona ya superó las 111 unidades, y en 111.20 tiene un objetivo bastante claro, como lo es un 100% de extensión de su caída desde el 31 de enero pasado; la onza tiene la zona de 1300 dólares a la vista, y esta vez puede quebrar claramente dicho nivel, con 1297 dólares como siguiente soporte.
Al margen de los movimientos de precios, cabe hacer una reflexión sobre las causas de los mismos. Así como los datos macro que otrora formaban tendencias (ventas minoristas, inflación, datos de empleo) ya tienen poco o nulo efecto sobre los precios, es llamativo como ha cambiado el eje sobre el cual se mueven los mercados. El mundo espera ya no soluciones, sino pedidos de postergación de conflictos que los propios gobiernos generan y de los cuales no saben salir. De modo que lo que se festeja ahora no es una solución, sino una postergación de algo que no debió existir.
Precisamente, este jueves los datos de ventas minoristas de diciembre (postergados también, por el cierre del gobierno federal hasta el 25 de enero), serán las cifras a seguir. Poco, para un mercado que se mueve lento, con un dólar que otra vez es protagonista, y que vive de las postergaciones.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College