Las noticias macro desde el Viejo Continente no traen nada bueno. La producción industrial en dos de las economías más grandes del bloque se redujeron el pasado mes de diciembre, alimentando la preocupación de que los reveses temporales del crecimiento podrían ser más prolongados de lo pensado. Me estoy refiriendo a la caída de la producción en Alemania y España, sin olvidar que Italia entró en recesión y que el crecimiento en la eurozona se está desacelerando.
La debilidad de la demanda y la confianza empresarial han influido y una caída inesperada en los pedidos de las fábricas alemanas al final del año pasado apunta a futuros desafíos. Si bien los fabricantes de automóviles europeos han comenzado a recuperarse de sus luchas por el tema de las pruebas de emisiones que empujaron a Alemania al borde de la recesión, la realidad es que la economía de la región sigue siendo vulnerable. De hecho, el índice manufacturero registró la peor lectura en más de cuatro años. Fíjense en el siguiente gráfico donde se aprecia la evolución comparativa de la producción industrial germana, española y de la eurozona.
IHS Markit
Un desglose de las previsiones de crecimiento actualizadas de la Comisión Europea muestra que la economía alemana probablemente creció un 0,2 por ciento en el último trimestre de 2018, esquivando una recesión. La oficina de estadísticas del país no dará a conocer los datos hasta el 14 de febrero, pero ya ha adelantando que espera un crecimiento muy leve (un crecimiento de 1.1 por ciento en 2019 y del 1.7 por ciento en 2020). Por otra parte, la asociación empresarial alemana DIHK también redujo su perspectiva (0,9 por ciento en 2019, cuando el pasado otoño era del 1,7 por ciento). Mientras, los datos son lo que son: el Índice de Clima Empresarial IFO cayó más de lo esperado, por debajo de la barrera de los 100 puntos por primera vez desde mayo del 2016; los pedidos de fábrica disminuyeron nada más y nada menos que un 7% interanual (la mayor caída desde junio de 2012); las ventas minoristas cayeron un 4,3% (casi ocho veces las expectativas); la producción industrial volvió a caer por cuarto mes consecutivo.
Reuters
En la siguiente tabla pueden ver las previsiones económicas para una serie de países, tanto para este año como para el próximo.
New York Times
Pero calma, no se asusten todavía. Una cosa es que Alemania sea el motor de la Unión Europea, y otra diferente es que todos nos vayamos al infierno si a ellos no les van bien las cosas. Y es que circula un informe en Wall Street en el que se demuestra que una contracción económica de Alemania tendría menos impacto en el resto de la zona del euro de lo que podría suponerse en un primer momento. Es cierto que cuando la economía alemana se contrae, por lo general, origina que el crecimiento de la zona euro se desacelere, pero no lo suficiente como para que la región entre en recesión. El motivo obedece a que hay algunas economías de la zona que han demostrado a lo largo del tiempo tener una gran capacidad de resistencia a las turbulencias germanas. Hay un dato que habla por sí solo: la economía de la zona euro se contrajo un solo trimestre entre los años 1995 y 2008, a pesar de las 13 contracciones en Alemania.
EuroStat
Y para completar las previsiones, Deutsche Bank ha calculado algunos escenarios. Por ejemplo, si se produce una recesión de la economía de China, el crecimiento en la zona euro podría caer -0.2 por ciento. En caso de una guerra comercial, el PIB de la eurozona podría bajar 0,4 por ciento.
The New York Times
Respecto a cuándo se atreverá el Banco Central Europeo a subir los tipos de interés, ahora todo apunta a que sería en el 2020 (teniendo más posibilidades en la reunión de diciembre).
Deutsche Bank
¿Y qué sucede con el euro? Ni la entrada en recesión técnica de Italia, ni siquiera los preocupantes datos que se han ido conociendo sobre la economía de Alemania, ni tampoco las protestas de los chalecos amarillos en Francia han conseguido hundir a la divisa comunitaria. Sin embargo, los inversores no se atreven todavía a comprar a mansalva, es más, desde el pasado mes de noviembre se observan apuestas bajistas no vistas desde marzo del 2017. Dirán ustedes que entonces cómo es posible que el euro no caiga con fuerza frente al dólar. Pues básicamente por lo que le sucede a billete verde, que hay varios elementos que afectan negativamente a la moneda de USA (la guerra comercial con China, el cierre de la Administración, algunos síntomas de desaceleración de la economía). Hasta hace dos días, los bajistas en el euro superan en 46.648 contratos a los alcistas. Pese a ello, en Wall Street se muestran, en líneas generales, más optimistas respecto al euro en su cruce con el dólar y de media creen que puede tener un recorrido al alza en torno a 1,20. Entre las firmas más optimistas se encuentran Morgan Stanley y Nomura (ven al eur/usd en 1,30). Por contra, Rabobank es más precavido (1,14).
Hace una semana, cuando la Reserva Federal anunció una política monetaria más moderada, cualquiera esperaría que el dólar se vendiera, y aunque vimos una fuerte caída en el dólar el mismo día de la reunión del FOMC, desde entonces el dolar ha cotizado al alza cada día. El índice dólar está en camino de su sexto día consecutivo de ganancias y ya está por encima de los niveles en los que se estaba negociando antes de la reunión del FOMC de la semana pasada.
Bespoke
De todas maneras, el dólar, desde una perspectiva a más largo plazo, aún permanece en una tendencia bajista.
Bespoke
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es