DIA se encuentra sumida en una pesadilla con varios profit warning en el último ejercicio y perdiendo un 88,47% de su valor en Bolsa. Los títulos cerraron el 2018 en 0,4615 euros, demasiado lejos de los 3,50 euros con los que salió a cotizar en el verano de 2011, y ya no hablemos de los máximos históricos de 6,4 euros marcados en el 2015.
Mikhail Fridman vuelve a la carga para hacerse con el control de la compañía DIA aprovechando la delicada situación por la que atraviesa la empresa. Su objetivo era claro, una OPA a precio de chollo.
LetterOne, la sociedad controlada por Fridman, principal accionista de DIA, anuncia que lanzará una opa sobre el 70,9% de la compañía que no controla a un precio de 0,67 euros por acción. Sí, es cierto, guarismos muy inferiores a los precios que pagó LetterOne en sus últimas compras cuando superaban los tres euros. La explicación radica en que estamos ante una oferta voluntaria, por lo que no es necesario igualar la última oferta que hizo.
La realidad es que Fridman es la baza para poder sanear el balance de manera definitiva, pero a cambio quiere quedarse con un control importante de cara a poder adoptar las decisiones que quiera sin injerencias.
Y no olvidemos tampoco una cosa, no se puede descartar que la operación pueda servir luego para excluir a la compañía de cotización.
Pero no nos adelantemos a los acontecimientos. El plan primero es que una vez que haya tomado las riendas de la compañía, realizaría una ampliación de capital por 500 millones de euros y posteriormente excluirla de Bolsa. La oferta está condicionada a la aceptación de al menos el 50%, lo que permitiría a LetterOne alcanzar una participación mínima del 64,50%.
Pero también deberíamos de fijarnos en otras cuestiones. Casi un tercio de los ingresos de DIA dependen de Latinoamérica, ya que por ejemplo Argentina le supone el 16% de su facturación. No fue positivo la depreciación del peso argentino, que fue del 50% el año pasado (recordemos que una fuerte caída de la divisa argentina implica que los ingresos de las compañías españolas que allí operan se vean mermados). En realidad, esta moneda cuando más afectó los resultados de DIA fue en el tercer trimestre, en el cuarto trimestre el impacto será algo menor. En cambio, la depreciación del real brasileño sí le afectará más.
De momento, conviene no tener prisa. Ya lo decía Warren Buffett: «La diferencia entre un inversor y un especulador (al margen del horizonte temporal), es que el inversor es tranquilo, paciente y racional, mientras que el especulador es lo contrario».
Vamos a esperar a la presentación del plan estratégico de la compañía que será en unos días y a partir de ahí tendremos una idea más clara del fondo del bosque sin que nos impida verlo las ramas de los árboles.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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