Los mercados de renta variable del Viejo Continente saldaban la semana con ganancias, salvo el selectivo británico que cerró en rojo. En Wall Street, el S&P500 sube en lo que llevamos de enero un 6,3% frente a la caída de diciembre del 9,2%. Ayudó que se rebajasen las tensiones gracias a las expectativas que genera la reunión que esta semana celebrarán Estados Unidos y China, sobre todo porque se espera poder avanzar en cuestiones tales como las transferencias tecnológicas y las reformas estructurales en China.
Mi opinión acerca de qué podemos esperar este año de la renta variable no ha cambiado y sigue siendo la misma que les expuse hace varias semanas: la Bolsa de Estados Unidos y de Europa cerrarán 2019 en verde, seguramente un dígito de subida, mientras que los mercados emergentes podrían salir bastante beneficiados, máxime si la Fed se ve abocada a subir las tasas de interés menos de lo previsto en un principio.
Importante también que Donald Trump haya firmado un decreto que dota de fondos para las próximas tres semanas a la Administración y permite su reapertura tras asistir al cierre parcial más largo de la historia, 35 días. Y es que el coste económico que supone mantener cada día cerrada parcialmente la Administración estaba causando un daño mayor en la economía de los Estados Unidos de lo que se estimó anteriormente y podría llevar a la economía a una contracción. La administración calcula que el cierre reduce el crecimiento económico trimestral en 0,13 puntos porcentuales por cada semana. Eso significa que la economía ya ha perdido medio punto porcentual de crecimiento.
Gráfico: The Wall Street Journal
Las citas con diversos Bancos Centrales dejaban apuntes interesantes:
- – Banco Central Europeo: no movió ficha y reconoce que los riesgos aumentan, pero no tienen claro si hablamos de elementos temporales o permanentes. Los inversores están convencidos de que hasta el 2020 no subirán tipos de interés, pero la entidad continúa aferrándose a finales de 2019.
- – Banco de Japón: mantenía sin cambios sus actuales políticas de estímulos a la vez que volvía a rebajar sus previsiones de inflación, todo un clásico para el BoJ. Por si fuera poco, las exportaciones caían significativamente mostrando los peores datos en dos años (el desplome de los envíos a China junto con una demanda global más débil eran los principales factores que ocasionaban esta caída).
- – Reserva Federal de USA: la hoja de ruta inicial para este año de tres subidas de tipos queda muy alejada de la realidad. El escenario más optimista serían dos subidas, incluso una sola tampoco se puede todavía dar por segura.
- – Banco de Suecia: una política fiscal más expansiva debería mejorar las perspectivas de la economía en un punto en el que se espera que el crecimiento se desacelere, aumentando las posibilidades de que el Riksbank aumente las tasas de interés. Esto debería ser un poco de apoyo para la corona y avanzar casi un 5 por ciento en el transcurso del año a 9,80 por euro.
- – Banco de Inglaterra: la entidad podría subir los tipos de interés este año como mucho una vez, y en tal caso sería en el segundo o tercer trimestre. El gobernador siempre ha manifestado que el Brexit podría mover la política monetaria en cualquier dirección, y que un resultado sin acuerdo podría conducir a aumentos de las tasas en un intento por controlar la inflación. Sea como fuere, El BoE anunciará su próxima decisión sobre tipos de interés el próximo 7 de febrero.
- – Banco Nueva Zelanda: hay pocas posibilidades de un cambio en la postura este trimestre. La economía se ha enfriado y la inflación sigue siendo benigna, respaldando que las tasas se mantengan en un mínimo histórico hasta bien entrado el 2020.
Ojito con Europa, porque una desaceleración adicional en el gasto de los consumidores podría enviar la economía de la eurozona a la recesión. Cuatro datos a tener en cuenta:
- 1) El PMI de servicios de Francia cayó a 47.5 en enero desde el 49 del mes anterior, mostrando el ritmo de contracción más rápido en el sector de servicios desde febrero de 2014, ya que los nuevos negocios se redujeron durante 67 meses.
- 2) El índice PMI manufacturero de Alemania cayó a 49.9 en enero desde el 51.5 de diciembre. La lectura señaló la primera contracción en la actividad manufacturera desde noviembre de 2014, ya que la producción aumentó al ritmo más suave en 69 meses. Además, los pedidos se redujeron por cuarto mes consecutivo y al ritmo más rápido durante más de seis años, principalmente debido a la debilidad en la industria automotriz, la menor demanda en el mercado extranjero y las crecientes preocupaciones.
- 3) El índice manufacturero de la eurozona cayó a 50,5 en enero desde 51,4 del mes anterior. La última lectura señaló la expansión más débil en el sector desde que el repunte de la producción actual comenzó en julio de 2013, ya que los nuevos pedidos disminuyeron desde abril de 2013, y las exportaciones cayeron por cuarto mes consecutivo.
- 4) El índice IFO de Alemania cayó 1.9 puntos a 99.1 siendo la lectura más baja desde febrero de 2016 y muy por debajo de las expectativas del mercado de 100.6. La confianza empresarial en Alemania promedió 98.12 puntos de índice desde 1991 hasta 2019, alcanzando un máximo histórico de 109.80 puntos de índice en enero de 1991 y un mínimo histórico de 80.20 puntos de índice en marzo de 2009.
En lo referente al sentimiento de los inversores, tanto el optimismo como el sentimiento neutral cayeron por debajo de sus promedios respectivos:
- – El sentimiento alcista (expectativas de que las acciones aumentarán en los próximos 6 meses) retrocedió 4.9 puntos porcentuales a 33.5%. El optimismo está por debajo de su promedio histórico de 38.5% por 16ª vez en 19 semanas.
- – Sentimiento neutral (expectativas de que las acciones se mantendrán sin cambios durante los próximos 6 meses) cayó 2 puntos porcentuales a 30.2%. El sentimiento neutral está por debajo de su promedio histórico de 31% por décima vez en 12 semanas.
- – El sentimiento bajista (expectativas de que las acciones caerán en los próximos 6 meses) subió 6.9 puntos porcentuales a 36.3%. El pesimismo está por encima de su promedio histórico del 30,5% por 17ª vez en 19 semanas.
El oro se revalorizó un 0,55% en las dos primeras semanas de 2019, mientras que en el mismo periodo de 2018, sumó un 2,84%. Pese a todo, los inversores confían en su potencial para 2019 y esperan que esta tendencia se revierta y pronto supere la barrera de los 1.300 dólares. Goldman Sachs son los más optimistas y han vuelto a elevar sus previsiones, estiman para finales de 2019 verlo en 1.425. Generalmente, enero ha demostrado ser un buen mes para el oro, con el metal precioso ganando en cada uno de los últimos cinco años.
Ismael de la Cruz
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