Lo vaticinaba hace dos meses Andrew Bosomworth, de PIMCO: «El Banco Central Europeo no podrá subir los tipos de interés demasiado en los próximos años. Esto no es algo nuevo, pero cada vez son más los expertos que argumentan esta hipótesis que podría dejar a la Eurozona en un lugar muy similar al de Japón: tipos eternamente bajos, escasa inflación y un crecimiento económico raquítico. A los múltiples factores que entorpecen la economía de la Eurozona e impiden al BCE subir tipos, se puede añadir que su ajuste dará comienzo justo cuando la economía de EEUU comience a perder fuerza y las condiciones globales sean menos acomodaticias. No creo que Europa llegue a estar muy por encima de cero», sostiene Bosomworth, director administrativo de PIMCO, en entrevista desde Fráncfort esta semana con Bloomberg. «Habrá un período muy breve en el que la Reserva Federal de EEUU se mantendrá a la espera y Europa podrá seguir creciendo y el BCE normalizando, pero pronto comenzará la desaceleración por aquí a través del canal de la política comercial», recogía la agencia Bloomberg.
Los inversores esperan que el BCE aumente los el precio del dinero, que lleva años en niveles históricamente bajos e incluso negativos. Pero las ansiadas subidas de tipos en la Eurozona se enfrentarán a una larga ristra de obstáculos (inflación subyacente, populismos, deuda…) que a día de hoy parecen insalvables para todo el mundo salvo para el BCE.
Los grandes escollos del BCE para poner en marcha las ansiadas subidas de tipos de interés
Bosomworth asegura que el primer paso será elevar 15 puntos básicos el tipo de depósito, actualmente de -0,4%. Luego, según Bosomworth, el organismo modificará todas los tipos oficiales a la vez y elevará la principal tasa de referencia desde el cero actual hasta el 0,25%.
«Un alza más allá de ese nivel quizá podría llegar cuando el clima frío del Atlántico Norte comience a soplar en nuestra dirección», sostiene. Cuando el BCE empieza a coger carrerilla la próxima recesión estará acechando a la mayor economía del mundo, reduciendo la confianza global y la actividad económica.
Moderación en EEUU
La economía de EEUU disfruta de su segunda expansión más larga de la historia, lo cual está ya generando especulaciones sobre la llegada del final de este ciclo. Se espera que el crecimiento se modere en 2019, ya que están disminuyendo los efectos de los recortes de impuestos realizados por el presidente Donald Trump y sus aranceles comerciales y un dólar fuerte pesan sobre la economía.
Bosomworth cuestiona la afirmación hecha por el presidente del BCE, Mario Draghi, de que la zona euro puede soportar una caída de las exportaciones apoyándose en la demanda interna. El ejecutivo calificó el superávit por cuenta corriente de la región, de más del 3% del PIB, como testimonio de la dependencia del comercio por parte de la Eurozona.
«Cuando los vientos del exterior comiencen a soplar en una dirección desfavorable, esto se filtrará pronto a todos los indicadores de Europa que cubren el ciclo económico», asegura Bosomworth.
Una unión monetaria completa
Como para demostrar su argumento, los informes del PIB mostraron el martes que la economía de la Eurozona creció a su ritmo más débil en cuatro años. La producción de Italia se estancó y el Bundesbank anunció que probablemente Alemania haya dejado de crecer en el último trimestre.
El bloque monetario podría enfrentarse decisiones difíciles en la próxima recesión si los tipos siguen siendo bajos. La respuesta deberá ser fiscal y Alemania tendrá mucho que aportar, comenta Bosomworth. Dependerá de los sucesores de la canciller Angela Merkel acordar los cambios necesarios en la composición de la zona del euro.
«Cualquier forma de compartir el riesgo incluirá algún tipo de unión de transferencia económica», explica Bosomworth. «Los cambios en los tratados exigirán coraje a la próxima generación de políticos para emprender ese camino, por lo cual el rumbo que tiendan a adoptar es crucial».
En última instancia, a medida que la población de la zona euro envejece, se forman paralelismos con otra economía desarrollada que lleva años luchando para escapar de los tipos cero. «Japón podría ser nuestro futuro», comenta Bosomworth.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa