Hoy es un día clave en el tema del Brexit. Se espera que la primera ministra, Theresa May, vea su acuerdo rechazado en la votación parlamentaria en lo que supondría la mayor derrota de un gobierno británico en 95 años. Y es que una derrota por un margen de 150 votos o más sería todo un varapalo, incluso una derrota por más de 100 sería la peor desde el año 1924.
El Banco de Inglaterra sigue el asunto muy de cerca. Las últimas encuestas muestran que la entidad podría subir los tipos de interés este año como mucho una vez, y en tal caso sería en el segundo o tercer trimestre. El gobernador del BoE, Mark Carney, siempre ha manifestado que el Brexit podría mover la política monetaria en cualquier dirección, y que un resultado sin acuerdo podría conducir a aumentos de las tasas en un intento por controlar la inflación. Sea como fuere, El BoE anunciará su próxima decisión sobre tipos de interés el próximo 7 de febrero.
El peor escenario sería un Brexit sin acuerdo, lo que supondría que Reino Unido dejaría de formar parte de la UE el 30 de marzo de este año y pasaría a ser un país tercero en las relaciones comerciales con España. Todo ello conllevaría la implementación de aranceles, controles aduaneros, restricciones en la movilidad de los trabajadores, etc. Para evitar este escenario, se requiere un acuerdo entre las partes que debería ser ratificado por todos los países miembros para que entrase en vigor antes del 30 de marzo, con lo que habría un período de transición que permitiría continuar con la misma relación entre Reino Unido y la UE hasta el 1 de enero del 2021.
La economía española está expuesta a Reino Unido porque este es el segundo país receptor de inversiones españolas, el primer emisor de turistas y el quinto destino de las exportaciones. Como prueba de ello, tenemos que en 2017 el valor de las exportaciones de bienes cayó un 6% debido a la depreciación de la libra esterlina frente al euro (más del 85% de las empresas exportadoras a Reino Unido son pymes).
Una de las consecuencias que veríamos con un Brexit duro (divorcio sin acuerdo) es la depreciación de la libra. De hecho, la divisa británica podría debilitarse a 1,23-1,24 frente al dólar en el caso de que la votación de hoy se salde sin acuerdo, lo que sería su nivel más bajo desde principios del año 2017. Por tanto, si no hay acuerdo hoy, asistiríamos a una venta fuerte de la libra con objetivo de GBP/USD en 1,23-1,24. En caso de acuerdo (algo poco probable en estos momentos), habría una fuerte subida a 1,32-1,33. No es la primera vez que las votaciones parlamentarias sobre el Brexit repercuten en el mercado de divisas, el pasado 10 de diciembre, la libra cayó fuertemente después de que May abortara la votación, sufrió la mayor caída en 18 meses.
Los sectores más expuestos son el sector de la automoción, ya que el 30% de las exportaciones españolas se dirigen a Reino Unido; los bienes protegidos por indicaciones geográficas, como vinos, bebidas espirituosas o alimentos; y el sector financiero con Banco Santander y Banco Sabadell a la cabeza. Concretamente, Banco Santander tiene un 29% de sus activos en Reino Unido, por delante de países como Brasil, mientras que el Sabadell cuenta con un 21% de su negocio en el país británico (las dos entidades financieras europeas con mayor presencia son HSBC y Bank of Ireland). Además, Santander tiene en Reino Unido su tercera mayor fuente de beneficios ordinarios, con el 14% del total a cierre de junio. El tema es que el Brexit supondría una rebaja de los beneficios procedentes del país británico debido a la depreciación de la libra y los potenciales incrementos de impagos, sin olvidar los costes regulatorios.
Ferrovial tiene contratos de infraestructuras y servicios, controlando el 25% de Heathrow, el mayor aeropuerto de Reino Unido; y el 50% de los aeródromos de Glasgow, Southampton y Aberdeen.
Telefónica sufriría bastante con la depreciación de la libra al ser el consumidor final su principal vía de ingresos.
Inditex se vería afectada pero menos que el resto de compañías del Ibex 35.
IAG teme bastante la incertidumbre viene por la regulación, ya que sería más complicado interpretar que menos de la mitad de sus accionistas son europeos, aparte que se producirían cancelaciones de vuelos y un caos.
Otro de los sectores más afectados sería el sector turismo de España, dado que los ingresos procedentes de turistas británicos representan casi el 25% del total de los ingresos por turistas en España.
En líneas generales, más de 250 compañías españolas tienen una sede o filial en el país anglosajón, en sectores tan diversos como el hotelero (Meliá o NH), el textil (Inditex o Pepe Jeans), la reparación de equipos (Syncreon) o los aparatos sanitarios (Roca). Pero la idea a tener en cuenta es que los que mayor presencia tienen son el sector financiero (Santander, Sabadell o BBVA), el energético (Iberdrola o Abengoa) y el de las telecomunicaciones (Telefónica).
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
Fuente: Investing.com