«Los inversores son gente «normal», «no racional», dice Meir Statman, uno de los pensadores más importantes en referencia al comportamiento humano sobre las finanzas. Este campo pretende comprender mejor por qué la gente toma las decisiones financieras que toman. Y es un campo en pleno auge de estudio. Los mejores gurús de finanzas conductuales incluyen a Robert Shiller de Yale y James Montier de OGM -unas verdaderas eminencias dentro del mundillo bursátil.
También es una parte crucial del plan de estudios Chartered Financial Analyst (CFA), un curso de estudio necesario para los asesores financieros y los analistas de Wall Street.
Hemos compilado una lista de los siete sesgos de comportamiento más comunes (vía el CFA Institute) que hay que evitar porque te harán perder mucho dinero. Leyéndolos te darás cuenta de por qué algunas veces se toman decisiones financieras tan terribles.
1. Tu cerebro piensa que eres un genio a la hora de invertir
El exceso de confianza puede ser el concepto de comportamiento financiero más obvio. Esto sucede cuando pones demasiada confianza en tu capacidad para predecir los resultados de las inversiones.
Los inversores que tienen demasiada confianza en sí mismos suelen estar poco diversificados, y por lo tanto son más susceptibles a sufrir la volatilidad.
2. Tu cerebro no sabe cómo manejar la nueva información.
La rigidez en el pensamiento está relacionada con el exceso de confianza. Por ejemplo, tu decisión de inversión inicial se toma a partir de la información que dispones en eses momento. Poco después, llega una noticia que afecta materialmente a las previsiones anteriormente realizadas. Pero en lugar de analizar una nueva situación, tan solo se revisa el viejo análisis.
Debido a que estás anclado en tu idea original, el análisis revisado no reflejará plenamente la nueva información.
3. Tu cerebro se centra demasiado en el pasado.
Una compañía podría anunciar una serie de grandes ganancias trimestrales. Como resultado, asumes que el próximo anuncio de resultados también será muy bueno. Este error se enmarca en un concepto amplio del comportamiento financiero llamado representatividad: piensas incorrectamente que una cosa significa algo más.
Otro ejemplo de la representatividad es asumir que una buena compañía es una buena acción.
4. A tu cerebro no le gusta perder.
La aversión a la pérdida, o la renuencia a aceptar una pérdida, puede ser mortal. Por ejemplo, podrías estar perdiendo un 20% en una de tus inversiones por una razón muy lógica. La mejor decisión podría ser asumir la pérdida y seguir adelante. Sin embargo, no puedes dejar de pensar que la acción se recuperará.
Este último pensamiento es peligroso porque a menudo provoca que incremente el dinero invertido en esa posición elevando sus pérdidas. Este comportamiento es similar a la del jugador que apuesta cada vez más dinero para recuperarse de sus pérdidas.
5. El cerebro recuerda todo.
Cómo comprar y vender acciones en un futuro a menudo se ve afectado por los resultados de sus operaciones anteriores. Por ejemplo, puede que haya vendido una acción con un beneficio del 20%, y después haber visto como la acción continúa subiendo. Y piensas para ti mismo: «Si tan sólo hubiera esperado». O tal vez una de tus inversiones descienda en valor, y te martirices pensando que podría haberla vendido mientras estaba ganando dinero. Todo e conduce a sentimientos desagradables de arrepentimiento.
La minimización del arrepentimiento ocurre cuando evita invertir de forma agresiva porque no querrás sentir ese sentimiento de nuevo.
6. A tu cerebro le gusta ir con la tendencia predominante
Su tolerancia al riesgo deberá determinarse por sus circunstancias personales, financieras, su horizonte de inversión y el tamaño de una inversión en el contexto de su cartera. La dependencia del ambiente es un concepto que se refiere a la tendencia a cambiar la tolerancia de su riesgo por la dirección del mercado. Por ejemplo, su disposición a tolerar el riesgo puede caer cuando los mercados están cayendo. Por otra parte, su tolerancia al riesgo puede aumentar cuando los mercados están subiendo.
Esto a menudo hace que el inversor compre alto y venda bajo.
7. Su cerebro es muy bueno para buscar excusas.
A veces las inversiones pueden ser horribles. Por supuesto, no es culpa tuya, ¿verdad? Los mecanismos de defensa en forma de excusas están relacionados con el exceso de confianza. Estas son algunas de las excusas más comunes:
- – «Si sólo»: Si sólo una cosa no hubiera ocurrido, entonces hubiera acertado. Por desgracia, no se puede demostrar lo contrario.
- – «Casi acierto»: Pero a veces, estar cerca no es suficiente.
- – «No ha sucedido todavía»: Por desgracia, «los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo de lo que tú y yo podemos permanecer solventes».
- – «Un solo error’: El hecho de que te hayas equivocado en una sola cosa no significa que vayas a estar equivocado acerca de todo lo demás, ¿no?
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa