Meliá Hoteles obtuvo un beneficio de 119,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un 10,1% más que en el mismo periodo del año anterior (cuando logró ganancias de 108,7 millones de euros). En el tercer trimestre, los ingresos se redujeron un 2,7% debido a las reformas y aperturas que redujeron el número de habitaciones disponibles .La deuda neta aumentó en 80,8 millones debido a la consolidación del hotel ME London, que incrementó la deuda bancaria en 60,7 millones de libras.
La firma de un nuevo hotel en Oporto (se estrenará en el 2021) le servirá para afianzar su presencia en Portugal (tiene 14 hoteles y 4 que se abrirán más adelante). También abrirá hotel en Malasia el próximo año de cara a incrementar su expansión en Asia-Pacífico (en total serían cinco establecimientos).
Meliá Hoteles no es capaz de levantar el vuelo en Bolsa, y es que los datos del sector turístico español no le ayudan, nos hemos acostumbrado a unas cifras muy interesantes en los últimos años pero ahora asistimos a un freno en su expansión. Es una de las razones por las que las acciones de la compañía caen en el año en torno al 25%.
Seguramente podamos ver puntos positivos en América con nuevos hoteles y con la fortaleza del dólar, puesto que ese Continente supone el 40% de los ingresos del grupo.
Cotiza a un PER de 15 veces beneficios estimados de 2018, lo que supone un ratio por debajo de la competencia, como sería el caso de NH Hotels y Accor. El consenso del mercado le atribuye un potencial alcista a medio plazo del 30%. El 70% se decantan por comprar y el 30% por mantener.
Técnicamente hablando, pueden ver en el gráfico el fuerte soporte de 7,28 eurosque se formó en octubre del 2014 y que fue puesto a prueba posteriormente en junio del 2016 con gran éxito (fue justo tocarlo y subir casi el doble). Es un nivel que sigue vigente por si regresase el precio de cara a un posible rebote al alza. Por el momento, la cotización no se encuentra lejos.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
Fuente: Investing.com