Los días de baja volatilidad se han ido, y el reciente tumulto en el mercado de valores tiene el índice VIX cerca de su máximo anual, motivo por el cual el índice S&P 500 se ha vuelto más volátil que los índices de Asia, Europa y los mercados emergentes. Y es que el VIX subió un 157% este año, llegando a 28.4 el jueves, su nivel más alto desde la fulgurante subida en el mes de febrero.
Las oscilaciones intradía en el S&P 500 promediaron 1.2% cada día este año (2.3% solo este mes de diciembre), la mayor cantidad desde octubre del 2011, más que el promedio anual del 0.9% del índice MSCI Asia Pacific y del Stoxx Europe 600. Los temores de que el crecimiento de las ganancias corporativas y la economía mundial se estén desacelerando está detrás de todo ésto, sin olvidar la guerra comercial con China y los aumentos de tipos de interés por parte de la FED.
El S&P 500 se ha desplomado un 11% este mes, convirtiéndose en uno de los mayores perdedores del mundo, pero sin embargo, su retroceso del 7,7% en el año es menor que las pérdidas de más del 13% de los mercados de Asia, Europa y Emergentes. La sesión del martes vio la eliminación de un nivel que se había mantenido durante 10 meses, el mínimo intradiario en el S&P 500. Debajo de eso, poco más hay. Los inversores se aferran al hecho de que hay sobreventa y esperan un rebote al alza en el corto plazo, pero tampoco inspira mucha confianza. Dado que el S&P 500 no logró mantener los 2.500 puntos, corre el riesgo de hundirse hacia los 2.400, un nivel que actuó como amortiguador durante la caída del verano del 2017. El S&P 500 ha bajado un 16% desde su récord de septiembre y solo necesita bajar 130 puntos más para alcanzar el umbral de caída del 20% (la doctrina estima que un mercado bajista se considera tal cuando acumula un recorte del 20%).
El modelo de la FED, que compara el valor de las acciones y los ingresos fijos, sugiere que puede haber espacio para caer más, al menos hasta que las acciones se vean más atractivas. El margen entre el rendimiento de las ganancias del S&P 500 y el rendimiento del Tesoro a 10 años ahora se ubica en 3.1 puntos porcentuales. Cuando el mercado tocó fondo en agosto del 2015 esa diferencia fue de 3.9 puntos, lo que significa que las acciones fueron más baratas en comparación con los bonos, por lo que el S&P 500 tendría que caer un 11.6% desde los niveles actuales. Es por todo ello que en Wall Street quieran ser cautos, como por ejemplo Pacific Investment Management, que sugiere permanecer en liquidez y esperar a que lleguen las oportunidades adecuadas.
El sentimiento de los inversores (Encuesta AAII) arroja los siguientes resultados:
- El sentimiento alcista (expectativas de que los precios de las acciones aumenten en los próximos seis meses) subió 4 puntos porcentuales a 24.9%. El optimismo se mantiene por debajo de su promedio histórico del 38,5% por 13ª vez en 15 semanas.
- Sentimiento neutral (expectativas de que los precios de las acciones se mantendrán prácticamente sin cambios durante los próximos seis meses) cayó 2.4 puntos porcentuales a 27.8%. Está por debajo de su promedio histórico de 31% por séptima vez en ocho semanas.
- El sentimiento bajista (expectativas de que los precios de las acciones caerán en los próximos seis meses) retrocedió 1.6 puntos porcentuales a 47.3%. Está por encima de su promedio histórico de 30.5%.
Resumido, queda de la siguiente manera:
- Alcistas: 24,9% (+4% respecto la pasada semana).
- Neutros: 27,8% (-2,4% respecto la pasada semana).
- Bajistas: 47,3% (-1,6% respecto la pasada semana).
Goldman Sachs no ve ninguna recesión en 2019 ya que no advierte todavía signos claros de sobrecalentamiento o desequilibrios financieros, las dos causas principales de las recesiones de la posguerra. A día de hoy, la probabilidad de recesión en los próximos 3 años es del 43%.
Fuente: Goldman Sachs Global Investment Research
Analicemos un poco Europa, porque si bien ha habido un empeoramiento, hay cosas aun positivas.
– Las exportaciones a países no pertenecientes a la zona del euro registraron la mayor ganancia en lo que va del año al inicio del cuarto trimestre. Los envíos a Estados Unidos y China continuaron aumentando, lo que sugiere que el conflicto comercial entre las dos naciones no tuvo un impacto significativo en Europa incluso antes de que esas dos naciones acordaran una tregua de 90 días. Las políticas chinas para contrarrestar su desaceleración deberían ayudar al propio crecimiento de la zona euro.
– Los trabajadores de la zona euro están viendo las ganancias salariales más fuertes en una década, un aumento mencionado. El empleo también ha aumentado.
– Parece que la tensión con el presupuesto en Italia se está relajando después de que el país lograra un acuerdo con la Unión Europea sobre sus planes de gasto, al menos por ahora. Además, los bancos italianos están mejor equipados que en el pasado para enfrentarse a la volatilidad del mercado.
– La demanda de automóviles de lujo en China está generando optimismo entre empresas como Daimler. El sector está enviando señales más positivas, por lo que podría haber un cierto repunte el próximo año.
– En España, a diferencia de la zona del euro, las ventas minoristas y la producción industrial aumentaron en la segunda mitad de 2018, y se espera que las tasas de crecimiento trimestral sigan subiendo.
– El crudo Brent ha perdido el 35% de su valor desde principios de octubre en medio de una demanda más débil y la desaceleración del crecimiento mundial. Recordemos que Europa es un importador neto de energía, por lo que la disminución ayuda a las empresas y a los consumidores a reducir los costes, dándoles más dinero para gastar.
De momento, el índice bancario europeo sigue hundiéndose en lo que va de año, veremos si el fuerte soporte (línea negra en el gráfico) puede contener las caídas.
El índice más importante de Europa, el Eurostoxx 50 sigue bajista y acercándose a su nivel clave de soporte de los 2680 puntos. Observen que pese a la caída, aun no estamos en niveles de sobreventa.
Las acciones chinas cayeron el viernes, con el índice CSI 300 de gran capitalización en rojo por sexto día y dirigiéndose a su cierre más bajo desde marzo del 2016. Sin embargo, se espera que el índice de Shanghai finalice el año próximo sobre los 2.950 puntos.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es