Dar de alta la luz dentro del sector energético es el proceso por el cual se tramita un nuevo suministro desde cero. A pesar de que muchas personas creen que son similares, no hay que confundir, por tanto, con contratar los servicios de luz, ya que son dos términos y dos procesos totalmente diferentes.
Para tramitar un alta de luz, hay que disponer previamente de una serie de documentos, al igual que conocer el importe y el tiempo de espera para tener activo el suministro. Detalles que nos esclarece muy detalladamente la compañía eléctrica Podo en https://www.mipodo.com/blog/ahorro-electricidad/alta-luz-cambio-comercializadora-electrica/
Pero además de estos aspectos, hay que tener muy en cuenta un detalle que resulta de suma trascendencia y que en muchas ocasiones se nos pasa por alto. ¿Qué tipo de instalación tenemos en casa o en el local comercial?, ¿monofásica o trifásica? Dos preguntas que nos permitirán calcular la potencia eléctrica que necesitamos y que mejor se adaptará a nuestro consumo.
La instalación monofásica
La instalación monofásica es un sistema que se caracteriza por utilizar una única fase y una corriente alterna. En la actualidad, es el tipo de instalación más común que podemos encontrarnos en cualquier vivienda. De todas maneras, si queremos comprobar si nuestra casa tiene una instalación monofásica solo tenemos que acudir al cuadro eléctrico y comprobar que los dispositivos que tenemos allí son solo dobles.
La tensión normalizada de la instalación monofásica se establece a 220 o 230 voltios. ¿En qué se traduce esto? Muy sencillo. La potencia eléctrica máxima a contratar será de 13,86 kW para 220 voltios y de 14,49 kW para 230 voltios.
Con este tipo de instalación, se paga menos en la factura de la luz, ya que el gasto en potencia eléctrica es mucho menor.
La instalación trifásica
La instalación trifásica, tal y como su nombre indica, se caracteriza por estar formada por tres fases, es decir, tres corrientes alternas diferentes que dividen entre tres la potencia eléctrica de la instalación. Este tipo de instalación se suele ver con mayor frecuencia en los edificios comerciales.
La tensión normalizada de la instalación trifásica se suele adaptar a 380 o 400 voltios, por lo que la potencia eléctrica que se contrata parte de forma obligatoria de los 15 kW. Una cifra que la hace ideal para las instalaciones eléctricas que pueden verse en las empresas.
Uno de los problemas que suele tener la instalación trifásica es que la mayoría de los electrodomésticos actuales disponen de sistema monofásico. No son dos instalaciones incompatibles, pero sí resultará más probable que nos excedamos del límite de potencia eléctrica y salten los plomos, como se suele decir.
La potencia eléctrica y el ahorro
Tal y como acabamos de ver, la potencia eléctrica que decidamos será fundamental en nuestro consumo de electricidad. De una correcta elección dependerá el buen funcionamiento de los aparatos eléctricos y, por ende, así será el ahorro de energía que podamos realizar.
Es aquí donde entra en juego la nueva comercializadora de electricidad Podo. Una compañía surgida en el año 2016 que tiene, entre sus innumerables ventajas, la capacidad de optimizar la potencia eléctrica según el consumo histórico que hayamos tenido en el último año.
La compañía Podo nos ofrecerá en menos de dos minutos una oferta de luz personalizada gracias a un algoritmo que calcula el mejor consumo para nuestro hogar y la potencia eléctrica óptima. Un tipo de tecnología, totalmente novedoso en el sector, que nos permitirá conocer el uso que hacemos de la electricidad al controlar en todo momento el consumo que hacemos de ella.
De esta manera, optimizando la potencia eléctrica que necesitamos vamos a recibir la mejor oferta de luz del mercado. Una tarifa totalmente personalizada y que se adapta a las necesidades de energía que tengamos.
Podo se convierte así en la comercializadora de electricidad que más y mejor nos ayuda a ahorrar. Muchas compañías fundamentan su ahorro en tener el precio de la luz más bajo. Sin embargo, al sumar todos los impuestos fijos el importe total se encarece hasta llegar prácticamente a los límites anteriores.
Esto puede suceder por el hecho de tener contratada una potencia eléctrica superior a la que en realidad necesitamos. Es como si estuviéramos pagando por un servicio que no disfrutamos, ya que no requerimos de él. Podo se desmarca de esto y por eso analiza previamente la potencia que necesitamos para que solo paguemos lo que consumamos.
De esta forma, vemos ciertamente que el ahorro con Podo es posible. Siempre y cuando atendamos a la potencia eléctrica más adecuada, algo que el resto de compañías no suelen hacer, disfrutaremos de la garantía de que estaremos pagando un precio de la luz acorde con nuestro consumo.