Cada vez que aparece Trump en escena protestando contra la Fed, pasa más o menos lo mismo. Y esta vez no fue la excepción. Hace ya varias semanas, en medio de una de sus habituales polémicas que ocupan esencialmente todos los campos, al presidente de Estados Unidos le despertó una fuerte inquietud por la política monetaria de una Fed cuyo titular, Jerome Powell, propuso él mismo para el cargo, lo cual lo irrita por partida doble.
Powell se mostró agresivo con la política monetaria, pero no tanto con su jefe. Y así fue como el miércoles habló bastante, reduciendo la expectativa de aumentar muchas veces más la tasa de interés durante 2019.
Sin embargo, el impacto inicial, contrario al dólar, comenzó a dar lugar a otras reflexiones por parte de los mercados. ¿Acaso Powell dijo que la tasa casi neutral es lo que busca? ¿Dijo cuantas veces piensa aumentar la misma el año próximo? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, el petróleo aumenta como lo hizo hasta el 3 de octubre y renacen las expectativas de inflación?
Esos interrogantes frenaron el jueves una caída del dólar que pudo ser realmente mucho más importante. Y en la fecha termina el mes, con una moneda líder algo desdibujada, sin la fuerza que mostró hasta hace pocos días, aunque conservando una tendencia alcista muy marcada en varios frentes; claro, esta tendencia de mediano plazo no significa que no pueda caer como lo ha hecho en los últimos días.
Este viernes asoma como un día de relativa tranquilidad, ante un calendario de noticias sin muchos atractivos, y típica de los fines de mes. Una gran cantidad de datos, pero ninguno con peso específico que sirva para mover la aguja de los mercados.
Sí, en cambio, comienza a perfilarse la reunión que mantendrán en Buenos Aires Donald Trump y Xi Xinping, para tratar de suavizar la guerra comercial que enfrenta a las dos potencias globales más importantes. Trump no guardó muchas formas antes de viajar, y se animó a hablar de nuevos aranceles.
De todas formas, los movimientos que se pueden esperar de un dia así son cautelosos. Hay un clima positivo en las bolsas, pero moderado, y prueba de ello es que los índices de Nueva York se mueven al alza pero dentro de rangos ajustados de precios.
El dólar termina ganando el mes, pero “pidiendo la hora”. El euro parecía desplomarse, y de hecho lo hizo, pero solo hasta 1.1215, para terminar con mejor cara; la libra Esterlina, por su parte, no tiene motivos para festejar: gana terreno por momentos, pero el Brexit no convence a nadie, y si finalmente la salida se concreta, su precio debería caer fuerte.
El petróleo se muestra algo más volátil y con signos de recuperación, aunque aún lejos de retomar una tendencia alcista decente. La cifra de perforaciones, a cargo de Baker Hughes, puede apuntalar al WTI, que de todas formas debería confirmar un alza estable con la cumbre de la OPEP de la semana próxima.
¿Será este fin de mes el final del dólar alcista? No parece, pero su caída postrera tiene cara de Trump, a quien seguramente le han informado que las monedas europeas entraban en una barranca demasiado larga para su gusto.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, y un muy buen fin de semana y de mes. Nos reencontramos el próximo lunes, hasta entonces
Adrián Aquaro
Trader College