Lo que está impulsando el retroceso de los mercados no es el deterioro de los fundamentos. Lo que lo impulsa es el cambio de confianza sobre el crecimiento futuro. La confianza tiene que volver. Muchas de las compañías pueden haber llegado a la cima de su ciclo de crecimiento, y los inversores probablemente están empezando a darse cuenta de eso. Si la confianza sobre el crecimiento de las ganancias vuelve, es posible que veamos que los precios suban nuevamente.
¿Qué espera Wall Street que hará el S&P500 en lo que resta de año y en 2019? Se barajan tres escenarios, cada uno de ellos con su porcentaje correspondiente de probabilidad:
- Escenario base (50% de probabilidad): el índice S&P 500 cerrará este año en 2.850 y en 2019 subirá a 3000 puntos.
- Escenario negativo (30% de probabilidad): el riesgo de una recesión en 2020 comienza a afectar a los inversores, con el S&P 500 llegando en 2019 a los 2.500 puntos.
- Escenario positivo (20% de probabilidad): el crecimiento económico se mantiene fuerte durante un período de tiempo más largo, y el índice llega a los 3.400 puntos el próximo año.
Las acciones chinas tuvieron un mal comportamiento. El índice CSI 300 se dejó un 2.3% y las acciones de tecnología lideraron las caídas. Eso también arrastró al índice Hang Seng de Hong Kong que perdió un 2%, ya que todos menos dos de sus 50 miembros acabaron en rojo. Los inversores en China se han visto afectados por una gran cantidad de factores este año, incluida una guerra comercial con los Estados Unidos que ha ayudado a que el índice de referencia caiga un 20%. Por su parte, la caída de las acciones de Hong Kong amenaza con acabar con lo que había sido una remontada heroica (el índice Hang Seng avanzó un 5,6% en noviembre recuperándose de su peor racha de pérdidas mensuales en 36 años). La incertidumbre continúa girando alrededor de la disputa comercial y si se logrará algún progreso cuando los presidentes Jinping y Trump se reúnan en Buenos Aires.
La libra esterlina sigue acaparando la atención. UBS considera que incluso con un Brexit duro la libra no debería de caer más allá de 1,20 dólare (sería una caída del 7% de los niveles actuales). La idea de Wall Street es que si May no logra obtener su acuerdo a través del Parlamento, la moneda podría caer a 1.20 según Credit Agricole, Morgan Stanley y UBS (recordemos que la libra esterlina cayó por debajo 1.20 en octubre de 2016, cuando perdió un 6% en solo un minuto). En lo referente a la libra frente al euro, UBS considera que veríamos 0,95 (una caída de más del 6%).
En lo concerniente al dólar, Citigroup piensa que el billete verde se debilitará el próximo año a medida que disminuya el impulso económico de la política fiscal. Creen que el dólar caerá alrededor de un 2%. De momento, el índice Dollar Spot ha ganado más de un 7% desde el mínimo de abril, mientras que los fondos de cobertura han elevado sus posiciones largas este mes a niveles no vistos desde enero de 2017.
El otro frente en Europa, Italia, sigue estancado y con chulería. El vicepresidente del Gobierno italiano y ministro de Trabajo, Luigi di Maio, ha asegurado que no le preocupa la posible apertura de un procedimiento de déficit excesivo a Italia por parte de la Comisión Europea. El también vicepresidente y ministro del Interior, Matteo Salvini, afirmó que no teme la posible sanción, que una más o una menos da igual. El caso es que si persiste el incumplimiento, Italia se enfrenta a la apertura de un procedimiento por exceso de déficit y ello podría suponerle sanciones económicas del 0,2-0,5% del PIB italiano (3.450-8.625 millones de euros).
¿Y el petróleo? El ministro de energía de Rusia insistió en que el país y sus aliados en la OPEP deben vigilar el mercado del petróleo en las próximas semanas antes de tomar cualquier decisión para reducir la producción. La consigna es esperar hasta la cumbre de diciembre antes de tomar una decisión. Hace una semana, Arabia Saudí dijo que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados necesitaban recortar alrededor de 1 millón de barriles diarios. Los cálculos apuntan a que los saudíes necesitan un precio del petróleo en torno a los 73,30 dólares por barril el próximo año para equilibrar el presupuesto fiscal. Como pueden ver en el siguiente gráfico, las apuestas bajistas aumentaron un 14% en la semana que terminó el 13 de noviembre y se han triplicado desde finales de septiembre.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es