No se puede negar que estamos en un momento turbulento en los mercados. Las acciones sufrieron un octubre épicamente malo y se vieron sometidas a un nuevo estrés hace una semana. Los mercados de deuda se enfrentaron a una gran presión por el castigo a General Electric, cuyos bonos cayeron a mínimos históricos. Y el petróleo está saliendo de una racha bajista de 12 días, la racha más larga de todos los tiempos.
La turbulencia también sacudió a los mercados de divisas. La libra esterlina ha estado particularmente inestable en los últimos días frente al dólar, que ha sufrido el alza de tasas de la Reserva Federal y la especulación sobre el colapso del Brexit.
Esta creciente volatilidad de los activos cruzados es uno de los pocos elementos que crean una situación altamente vulnerable en los mercados, una que podría dar lugar a una llamada «crisis repentina» (flash crash), según los estrategas de Bank of America Merrill Lynch.
A Bank of America también le preocupa lo que describe como «desapalancamiento feroz», que es cuando una compañía intenta reducir su carga de deuda vendiendo activos rápidamente. Este es un tema particularmente urgente en China en este momento. Y Estados Unidos se enfrenta a sus propios problemas a medida que la Fed aumenta las tasas, lo que aumenta los costes de los préstamos y dificulta la refinanciación.
También hay lo que Bank of America denomina «riesgo de dislocación», que se puede plasmar con «diferenciales anormales». El ejemplo que proporciona la empresa es el diferencial entre el Libor y el Euribor, que representan las tasas a las que los bancos europeos se prestan entre sí.
Como muestra el gráfico a continuación, la relación entre ellos es la más amplia desde 1999, o el período anterior a la burbuja de dotcom.
Pero con los mercados supuestamente en el precipicio del desastre, Bank of America dice que hay un par de otras cosas que tienen que suceder para que realmente haya un desplome.
La primera gira en torno al dólar estadounidense, que ha subido desde abril cuando la Fed ha reiterado su calendario de alza de tasas y las tensiones en torno a la guerra comercial del presidente Donald Trump se han incrementado.
Bank of America dice que un movimiento «violento» en el dólar podría catalizar una caída repentina. Teniendo en cuenta que el fortalecimiento del billete verde parece haber sustentado en el ya descontado mayor ajuste monetario, una señal moderada de la Reserva Federal podría provocar un desplome, lo que aumentaría la volatilidad.
Otra posible causa del caos en los mercados podría ser datos macroeconómicos impactantes, dice Bank of America. Si este escenario se desarrollara, podría forzar descensos abruptos tanto en el producto interior bruto (PIB) como en el crecimiento de los beneficios.
El PIB es el indicador de referencia para la economía de una nación, y cualquier tipo de cambio a la baja podría asustar a los inversores hacia una postura más defensiva, lo que provocaría una fuerte venta de los activos de más riesgos como las acciones. Mientras tanto, la expansión de los beneficios ha sido el principal impulsor de las subidas en el mercado alcista de casi 10 años en Wall Street, y cualquier grieta en su armadura también podría hacer que las acciones cayeran.
Por supuesto, no hay garantía de que estos factores se combinen para causar la próxima gran caída del mercado. Son simplemente catalizadores que los inversores deberían vigilar.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa