La economía de Estados Unidos sigue encendiendo luces, con cifras que asombran en algunos casos, y que anticipan nuevos aumentos de tipos de interés por parte de la Fed. Naturalmente, movimientos de este tipo deberían impactar positivamente en el dólar, y algo de eso es lo que estamos viendo en estas horas.
La encuesta ADP de empleos privados ofreció el miércoles cifras muy por encima de lo esperado por los analistas, en tanto el ISM de servicios arrojó su mejor guarismo de los últimos 21 años. Estos dos datos abren una expectativa muy fuerte para los datos de empleos de septiembre, que se conocerán el viernes.
Todo esto, entre otros factores, está redundando en un dólar que no deja de ganar espacio en los pares principales, con alguna corrección lógica. Así, el dólar australiano llegó a primera hora a su mínimo de inicio de febrero de 2016, en parte por la fuerza del dólar, y también por los efectos que sobre China provocan los aranceles que le impuso Estados Unidos, lo que por propiedad transitiva impacta negativamente en Australia.
En tanto, el dólar canadiense también cede posiciones luego de un buen rally de los primeros días de la semana, producto del acuerdo comercial entre Estados Unidos y Canadá, que unido al que ya habían llegado la primera potencia con México, desembocó en una nueva alianza llamada USMCA, que reemplaza al anterior NAFTA. El Loonie no pudo aprovechar a un precio del WTI por encima de los 76 dólares, su mejor medición en casi 4 años, y cae ligeramente, apuntando a cubrir un gap que había dejado el lunes, en 1.2910.
Tampoco el peso mexicano, que suele estar ligado al petróleo, ha logrado ganar terreno. El Banco de México dará a conocer su anuncio de política monetaria, sin que se esperen cambios en los tipos de interés. Si esto sucede, Banxico dejará de seguir los pasos de la Fed, como lo ha hecho en los últimos tres años. Ello explica, en parte, la caída del peso, que cotiza a 19.01 ante el dólar antes de la sesión americana del jueves.
Claro que las monedas vinculadas a las materias primas tienen una presión adicional, al igual que las divisas de países emergentes. Los bonos del Tesoro de 10 años están por las nubes, por encima del 3.2%, los 30 años con un rendimiento del 3.3% (máximo desde 2011) y esto provoca una salida de capitales de estas economías, con destino a Estados Unidos.
La caída del euro obedece a cuestiones distintas. Si bien el populista gobierno de Italia aprobó un presupuesto con un déficit fiscal superior al permitido por la Unión Europea, ha intentado menguar las consecuencias de esta medida reduciendo su pronóstico de déficit para los próximos dos años. La UE deberá entonces brindar su visto bueno a fines de octubre, si bien varios analistas comienzan a descontar la aprobación de este presupuesto. El euro llegó a un mínimo de 1.1460, para recuperar posiciones mientras promedia la sesión europea, cotizando al momento a 1.1505.
La libra Esterlina, por su parte, volvió a caer ante el dólar el miércoles, y recuperó abruptamente en las primeras horas del jueves, ya cerca de 1.3000, al conocerse una propuesta de Reino Unido sobre la frontera irlandesa, que le daría un marco más claro al Brexit. A mediados de mes, el gobierno de Theresa May deberá ofrecer una propuesta definitiva a la UE, si pretende que haya un acuerdo de cara a la ejecución de la salida, prevista para fines de marzo de 2019.
Como se ve, vienen días movidos para los mercados, con un dólar que por ahora no encuentra un rival que le haga sombra, y que recién este jueves podría sufrir algún tipo de corrección, antes del trascendente dato de empleos del viernes, que le puede dar una nueva victoria.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el viernes.
Adrián Aquaro
Trader College