El pasado mes de agosto les comenté las principales razones por las cuales Santander estaba sufriendo en Bolsa:
- – La caída del real brasileño y la incertidumbre política en el país (hay elecciones el 7 de octubre) lastran a la filial del banco en Brasil que supone una cuota del negocio de la entidad del 26%. Y es que Brasil es el mayor mercado para el banco español.
- – En Argentina cuentan con franquicias y el derrumbe del peso argentino no le ayuda precisamente.
- – Los bancos españoles tienen 160.000 millones de euros en deuda española y 35.000 millones de euros en deuda italiana, y claro, Banco Santander se lleva la palma, concretamente tiene 6.108 millones en deuda italiana y 62.637 millones en deuda española.
En lo que va de año, las acciones de Santander figuran entre las cuatro más castigadas del Ibex, con pérdidas del 19%. Como ya saben, el derrumbe de algunas divisas emergentes es el principal catalizador de la evolución negativa de la entidad española. En el gráfico pueden ver el índice de divisas emergentes y cómo cae a plomo en lo que va de ejercicio.
En principio, el consenso del mercado le otorga un margen de subida hasta los 5-5,50 euros. Su internacionalización le permite diversificar su fuente de ingresos y compensar los bajos tipos de interés de la Zona Euro.
Deutsche Bank está convencido de que en los próximos trimestres habrá un acuerdo entre EE.UU. y China, por lo que han incluido a Santander en su listado de valores favoritos para aprovechar esa coyuntura.
Técnicamente hablando, el fuerte soporte de 3,065 euros formado en 2012 actuó muy bien al ser puesto a prueba en 2016. Es más, formó un patrón de doble suelo (patrón de cambio de tendencia), a partir del cual la inercia bajista terminó y comenzó una subida interesante. Por si fuera poco, todo ello sucedió con sobreventa.
Por tanto, en el caso de que llegase el precio a los 3,065 euros, seguramente entraría dinero y el precio podría rebotar al alza. Pero está lejos y si todo va bien no debiera de llegar.
ismaeldelacruz.es