ACS registró un resultado neto de 447 millones de euros entre enero y junio, un 7,4% más que hace un año, con una subida de las ventas del 2,2%. América del Norte representó un 44% de las ventas, Europa un 20% (España un 14%), Australia un 19%, Asia un 8%.
A su favor tiene el programa de infraestructura de Trump y la reforma fiscal aprobada en EE.UU el pasado mes de diciembre (que supone el mayor recorte de impuestos en más de tres décadas), todo un premio para las empresas españolas con presencia en el país (el impuesto de sociedades cae del 35% al 21%).
Y todo ello porque la constructora ingresó 12.200 millones en Estados Unidos, su primer mercado. Una cifra que supone el 38,8% de sus ingresos totales (su división de construcción es la más productiva allí, por encima de la de servicios). Además, el 35% de la cartera de proyectos está en Estados Unidos con sus nueve filiales como Dragados USA, Turner y Flatiron.
Tras el anuncio del Gobierno italiano de la retirada de la concesión de la autopista y de una posible multa millonaria a Atlantia, los títulos de su socia ACS caen con fuerza en estos momentos un -5% (lejos del -25% que está cayendo Atlantia). Es más, la vorágine se ha propagado a otras concesionarias, como es el caso de Sias (-9%) y ASM (-8,6%).
Recordemos que Atlantia y ACS están inmersas en la compra de Abertis, en virtud del acuerdo que la firma italiana y la constructora española alcanzaron el pasado mes de marzo para hacerse conjuntamente con la empresa. Se trata de una operación valorada en 18.100 millones de euros y actualmente pendiente de completarse.
En principio, ACS tiene que soportar el chaparrón, ya que en el corto plazo vendrán recortes, pero sus fundamentales no varían, se mantienen sólidos, con lo que de cara al medio plazo la constructora española no debiera de suponer un excesivo problema. El propio consenso del mercado así lo refleja, con un 75% de valoración de compra y un 15% de valoración de mantener los títulos. El precio objetivo que el mercado le otorga son 42 euros.
Y es que estamos ante un caso bastante habitual, una compañía que presenta buenas razones para estar alcista, que lo estaba haciendo muy bien y una noticia en concreto le supone fuertes caídas, pero una noticia que no varía sus fundamentos.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es