La guerra comercial está pasando de las palabras a los hechos. La guerra comercial entre EE.UU. y China sigue agravándose. Al principio, los actores del mercado mantenían su optimismo cuando se negociaban las primeras rondas. Los primeros anuncios se cancelaron y pocos inversores esperaban los acontecimientos que siguieron. China ya está experimentando una desaceleración cíclica y eso solo hace que acentuar su vulnerabilidad actual. Uno de nuestros gestores de fondos lo describió como si hubiera entrado “arena” en el motor (de la economía mundial). Hemos disfrutado de un entorno de libre comercio durante muchas décadas y la noción de aplicar aranceles y frenar el comercio mundial empuja a las empresas a apostar por la producción nacional frente a las opciones de más bajo coste. Estas ineficiencias ponen “arena” en la maquinaria económica. Nuestro Grupo de Asignación de Activos considera que estos aranceles influirán en el comportamiento de las empresas.
Pese a que los aranceles se limitan actualmente a algunos países, las empresas podrían ser cautelosas a la hora de trasladar la producción a otras zonas baratas, ya que no hay garantías de que los aranceles no se vayan a aplicar allí también. Esa preocupación de las empresas podría provocar una falta de inversión. Ciertamente existe una sensación negativa en torno a los aranceles, pero resulta difícil decir cómo afectarán a los datos.
Las incertidumbres en torno a los plazos y la intensidad de los aranceles, las represalias, qué productos/sectores se verán afectados, el grado de elasticidad de sustitución y otras variables dificultan mucho la tarea de calcular su impacto. No esperamos un cataclismo en el crecimiento o la inflación durante el próximo trimestre, pero la sucesión de declaraciones y medidas irán poco a poco presionando el PIB a la baja y la inflación al alza.
No obstante, lo que podría afectar más que los cambios en las estimaciones de crecimiento es un ajuste en las tasas de descuento. El aumento de la incertidumbre tirará al alza de las tasas de descuento y erosionará los precios de los activos. Refuerzo selectivo de la duración Aunque hemos mantenido la infraponderación en renta fija este mes, la tendencia es a cerrar esta brecha y estamos reforzando selectivamente la duración.
Eso no quiere decir que no vayamos a volver a los activos de riesgo, sino que simplemente todavía no existen suficientes pruebas convincentes para ello y nos preocupa que la tolerancia al riesgo y el crecimiento mundial decepcionen durante los próximos meses. A medida que avancemos hacia una posición neutral en renta fija seremos muy selectivos sobre en qué partes de la curva de rendimientos invertimos, así como en qué mercados y regiones lo hacemos.
Una asignación amplia a los mercados podría no ser la mejor opción. Una retirada de liquidez de los bancos centrales de esta magnitud prácticamente no tiene precedentes La retirada de la liquidez de los bancos centrales será una cuestión de primer orden y sigue siendo complejo realizar evaluaciones precisas debido a las divergencias entre la Fed y otros grandes bancos centrales. Las condiciones de liquidez en EE.UU. están endureciéndose considerablemente, mientras que en Europa y Japón siguen siendo muy expansivas. La posible dispersión resultante podría terminar siendo un terreno propicio para los inversores cuidadosos, pero pensamos que es conveniente adoptar posicionamientos defensivos.
Estamos empezando a observar un número cada vez mayor de comportamientos de rechazo al riesgo en la deuda corporativa y las divisas, aunque por ahora las bolsas han salido bastante indemnes gracias al flujo de buenas noticias. La lectura positiva Si algunos de los obstáculos evolucionan de forma favorable (por ejemplo, tipos más bajos, descensos del dólar y petróleo más barato), se podrían dar las condiciones para que los mercados giren al alza a partir del final del verano. Ese es uno de los factores que llevan al Grupo de Asignación de Activos a no infraponderar el riesgo.
Fidelity
La Carta de la Bolsa