BBVA ha presentado hoy resultados del primer semestre. Ha obtenido un beneficio atribuido de 2.649 millones de euros, un 14,9% más que en el mismo periodo de 2017. El margen de intereses se sitúa en 8.643, con una caída del 1,8%, penalizado por los tipos de cambio de Latinoamérica.
El sector bancario atraviesa por un año complicado por la rebaja de los precios objetivos. Pero en el caso de los bancos españoles, hay un tercer elemento discordante: el Gobierno quiera aplicar un impuesto a la banca para poder pagar las pensiones, y dicho tributo mermaría las cuentas de resultados (aunque otra cosa es que al final terminen repercutiendo ese impuesto entre sus clientes). Credit Suisse estima que este impuesto podría tener un impacto en las ganancias del 6-12% en el 2019. UBS piensa que sería del 2-10%.
BBVA no tardó en reaccionar criticando esta decisión, puesto que no les gustan que los impuestos sean finalistas, sino que prefieren sistemas impositivos simples y que generen confianza para impulsar la actividad y la generación de empleo.
La realidad es que a día de hoy, el sector bancario europeo es el segundo que más cae en Bolsa (-10%), únicamente superado por el sector del transporte.
Permítanme un comentario acerca del hecho de que BBVA haya aprobado los stress test. Está muy bien para los titulares en prensa, pero el tiempo ya ha demostrado que sirven de bien poco.
En efecto, la primera prueba se realizó a mediados del año 2010 resultando en un fracaso estrepitoso, ya que poco después el sistema financiero de Irlanda cayó y eso que aprobó con nota.
La segunda prueba se realizó en julio de 2011, Dexia aprobó con nota y al poco tiempo el banco belga también cayó.
En 2016 se realizó a 51 entidades financieras de 15 países del Viejo Continente que representan el 70% del sector bancario (excluyendo los bancos de Grecia, Chipre y Portugal). De las 51 entidades, sólo fallaron dos. Los seis bancos españoles que participaban superaron el examen.
Por tanto, entidades que aprobaron el examen (Dexia con nota alta, sistema financiero irlandés, Banco Popular (MC:POP)) al poco tiempo cayeron, hecho que llevaría a hacernos la pregunta de: ¿por qué fracasaron estas pruebas de stress test? Pues básicamente porque no eran realistas. Para no alarmar a la sociedad con resultados demoledores se realizaron simulando un escenario negativo, pero muy alejado del real, incluso no tuvieron en cuenta que hubiera problemas de deuda soberana ni que tuvieran que aplicarse quitas. Además, se aplicaron unos “recursos o trucuñuelas”, como ejemplo más significativo el no contabilizar a precio de mercado los bonos que los bancos acumulaban en sus balances.
Técnicamente hablando, decir que formó un suelo de mercado en 5,84 euros desde que en agosto del año pasado marcase un techo y comenzasen las caídas. Este suelo se formó con sobreventa, hecho que tiende a ayudar bastante a ello.
Veremos si el impulso logra superar por arriba los 6,40 euros, hecho que le ayudaría a proseguir con las subidas.
El precio objetivo para el resto del año está establecido por el consenso del mercado en torno a los 6,85 euros.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es