Uno de los principales errores a la hora de invertir en fondos de inversión es no darle suficiente importancia a los costes del mismo. Como veremos a lo largo de este artículo, una pequeña variación porcentual en los gastos corrientes puede suponer una gran cantidad de dinero en el futuro.
En términos generales, los fondos mutuos y cotizados de gestión pasiva acostumbran a tener unos gastos totales muy inferiores a los de la gestión activa.
Por otro lado, tal y como publicamos el pasado mes de septiembre, el estudio SPIVA nos muestra como año tras año, la mayor parte de fondos de gestión activa de todo el mundo no consiguen batir a sus índices de referencia.
Por lo tanto, ¿por qué invertir en fondos de gestión activa que cobran más comisiones y obtienen menores rendimientos?
La verdad es que hay comportamientos humanos que no tienen demasiadas respuestas. Quizá el desconocimiento del inversor juntamente con los buenos dotes comerciales del vendedor de fondos acostumbran a ser la combinación perfecta.
Para finalizar, por hoy, la discusión entre la gestión pasiva y la gestión activa y poder centrarnos el las consecuencias a largo plazo de las elevadas comisiones les dejamos unas palabras, en nuestra opinión muy acertadas, del excelente libro «El inversor inteligente»:
«Las probabilidades que tiene de elegir con éxito los fondos que van a tener un resultado extraordinario en el futuro basándose en la rentabilidad que han obtenido en el pasado son más o menos las similares a las probabilidades que tiene de que el Hombre del Saco y el Abominable Hombre de las Nieves se presenten, cogidos de la mano, en zapatillas rosas de ballet, en la próxima fiesta que dé en su casa. En otras palabras, sus probabilidades no son iguales a cero, pero se acercan mucho a esa cifra.»
Volviendo a los costes de la inversión, la pequeña tabla que les presentamos a continuación muestra el resultado de invertir 100.000 euros en un fondo que obtenga una rentabilidad media anual del 10% (que es la rentabilidad histórica media del índice S&P500) durante 40 años.
Para ver el efecto de las comisiones a lo largo de los años, hemos realizado la inversión en 5 fondos con gastos anuales que van del 0,04% que podríamos encontrar en un ETF que replica el S&P500 o el 0,25% del Fondo de gestión pasiva Vanguard US Stock Index Fund Investor hasta el 1% y 2% que acostumbran a cobrar la mayor parte de fondos de inversión que se venden en los bancos comerciales de nuestro país.
Como pueden ver los resultados son aplastantes.
Con un fondo que nos cobre anualmente un 0,04%, y una rentabilidad del 10%, pasados 40 años tendremos unos 4 millones 454 mil euros. Mientras que con un fondo que obtenga los mismos resultados pero nos cobre un 2% anual pasado el mismo período de tiempo tendremos 2 millones 436 mil euros menos.
Estas diferencias gigantescas son debidas al interés compuesto. Como puedes ver en la tabla la suma de los gastos corrientes genera diferencias que van de los 19 mil a los 540 mil. Sin embargo, este dinero que te van sacando cada año es dinero que dejas de tener invertido y por lo tanto, que no está trabajando en el mágico juego del interés compuesto.
A modo de conclusión, el día que decidas invertir en un fondo lo primero que deberías hacer es comparar los costes con aquellos que inviertan en la misma zona geográfica o sector industrial.
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