Antes de nada vamos a hacernos una pregunta. ¿Si la guerra comercial global o las múltiples incertidumbres políticas no generan una tendencia bajista en las bolsas, qué lo hará? La respuesta es clara: Una recesión económica
En el largo plazo el valor de las acciones tienden a ajustarse al valor de los flujos futuros que generarán. En el corto plazo hay múltiples factores que generan desviaciones entre ambos factores. Esas desviaciones se atenúan en el largo plazo. Es por esto por lo que históricamente las recesiones económicas generan tendencias bajistas en las bolsas de valores. Una recesión económica provoca caída en los ingresos empresariales, y por tanto menos flujos futuros y descenso en las valoraciones en bolsa.
Dicho esto lo que hay que preguntarse a continuación es si la economía global está cerca de una recesión. La respuesta es no, ahora bien, la mayor economía del mundo sí y vamos a explicar por qué lo creemos.
En primer lugar la curva de tipos en EE.UU. (diferencial entre los bonos a 10 años y los bonos a 2 años), sugiere un creciente riesgo de recesión en los próximos dos años. Y por otro, un reciente estudio del analista Art Cashin demostró que en cada década desde 1850 EE.UU. ha sufrido una recesión. En la actual década no ha habido ninguna recesión económica en EE.UU., y ya estamos a mediados de 2018.
El analista Ben Carlson profundizó en la afirmación de Cashin y elaboró la siguiente tabla:
Como vemos, Cashin tenía razón y los EE.UU. han sufrido una recesión desde que California llegó a ser el trigésimo primer Estado de la Unión.
Nos queda por tanto dos años y medio para que los EE.UU. entren en una contracción económica, si esas estadísticas se repiten. Las bolsas suelen anticipar dichas recesiones con un plazo de entre 6 y 12 meses, iniciando una tendencia bajista de ciclo. Resumiendo: Es mejor tener el dedo en el botón de venta.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa