«Merkel ha desgranado alguno de los puntos de la Europa que viene, no de la Refundación de Europa, que es lo que los sabios piden. Cara a cara con el presidente francés Macron, la mandataria alemana pide un Fondo Monetario Europeo; mayor convergencia de los mercadods miembros; una línea de crédito especial a 5 años para países con dificultades y negativa rotunda a una mancomunización de la deuda, en clara alusión a la situación política en Italia. Esto se coincide en el tiempo ¿curioso, no? con un cambio fulminante en la política española. Sánchez se enfrenta a serios problemas, como el déficit y la deuda. España es la naciona deudora más grande de toda la Eurozona. Coincide, también, con una nueva oleada populistas antieuropea. A España le ha ido muy bien. A otros, no tanto. Por eso, algunos grandes bancos como JP Morgan concluyen, que una salida de Italia de Europa puede ser una gran opción», me dice el estratega de una importante gestoras.
El nivel de deuda gubernamental de Italia oscila alrededor de un máximo histórico del 160% del PIB, lo que ya es suficiente para que Italia desencadene una crisis de deuda, dice Carmen Reinhart. http://prosyn.org/1KeUbD7
Un gráfico vía Holger Zschaepitz@Schuldensuehner Alemania es la mayor nación acreedora en la zona euro. La posición de inversión internacional neta se elevó a casi € 2bn, impulsada principalmente por los reclamos de Target2. España, la nación deudora más grande con pasivos de 1 billón de euros. Los grandes activos extranjeros de Alemania representan la dinamita en la zona euro
Un gráfico vía Miguel Otero@miotei. A España no le ha ido tan mal en el euro
Impresionante conclusión de JPMorgan: una salida italiana puede ser la mejor opción de Roma
¿Bolsas? El gestor aludido señala que «en un momento en el que los mercados están suficientemente valorados, los gestores tratan de buscar referencias de futuro con que proyectar sus estrategias. Hay consenso en que la evolución de la economía tendrá más peso que el que ha tenido hasta ahora en la evolución y tendencia de los mercados de acciones, porque es la que permitirá que las empresas mantengan el ritmo de generación, o no, de beneficios. Se otorga, de este modo, más importancia a los resultados empresariales de futuro que al mantenimiento de los tipos de interés en niveles cero o subidas ligeramente por encima de los mínimos históricos…»
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa