«Algo tendrá el agua cuando la bendicen, algo tendrá Sacyr cuando los accionistas de referencia andan a mamporro limpio metiendo sus euros en la compañía. La constructotra es uno de los muchos ejemplos que demuestran cómo los analistas, en su mayoría, van por caminos equivocados mientras en el seno de las empesas se producen guerras intestinas de gran calibre. Y la Bolsa aplaude este movimiento interno. A la Bolsa y a los grandes gestores siempre les han gustado las luchas por el poder en las empresas ¿Recuerdan los movimientos hace años dentro de Metrovacesa, con la pérdida de la batalla por parte de la familia Sanahuja y la victoria del difunto Joaquín Rivero? Ahora, los dos primeros accionistas de Sacyr, Demetrio Carceller y José Moreno Carretero, han comenzado a tomar posiciones tras desatar la pugna por el reparto de poder en el consejo de administración de la compañía que se venía gestando desde hace un año. Las hostilidades han hecho resurgir a una acción deprimida, como el resto, del mercado, pero con buenos fundamentos», nos insiste Alberto M. economista y analista bursátil especializado en el seguimiento de compañías constructoras y de infraestructuras, que ya el 9 de enero pasado nos comentaba que:
«Tras recopilar decenas de informes sobre el sector, SACYR vuelve a estar de moda, hasta convertirse en la constructora favorita para este año. Argumentos: está haciendo muy bien los deberes de desapalancamiento; gana contratos a buen ritmo fuera de España; magnifica evolución de su participación en Repsol y magnificas previsiones para las infraestructuras, que el año pasado tocaron mínimo, pero que resucitan con las medidas fiscales de Trump y el crecimiento económico global, que permite a los Estados hacer frente a nuevas inversiones. Hay fondos extranjeros que han tomado posiciones desde finales del año pasado, lo mismo que grandes gestores españolas. En SACYR existe, además, un componente especulativo, morboso, que, sí o sí, influirán en el comportamiento de la acción. La mayor parte de los accionistas esperan que la CNMV tome cartas en el asunto. Se trata de la especulación atroz del consejero Moreno Carretero, con acciones de la propia compañía, algo inaudito en otros mercados, salvo que informe al Regulador al instante de cada movimiento. Y aún así, el Regulador debe tomar carta en el asunto. Siempre lo ha hecho…»
…Y en esas estamos:
Moreno Carretero solicitará a la junta de Sacyr del próximo 7 de junio que nombre un consejero delegado «joven y profesional» para separar los cargos de presidente y primer ejecutivo que actualmente concentra Manuel Manrique, quien el próximo año cumple 65 años, recogía el viernes pasado Europa Press.
De su lado, Carceller ha emprendido su anunciada compra de acciones de Sacyr con el fin de elevar al 20% su participación en la constructora y contrarrestar así a Moreno Carretero en las votaciones de dicha junta.
Los dos socios han empezado así a actuar después de que la víspera evidenciaran la ‘batalla’ que se libra en el consejo de Sacyr. Este jueves Moreno Carretero solicitó incluir varios puntos al orden del día de la junta, entre los que además de pedir separar la figura del presidente y el consejero delegado reclama otras medidas para «implementar un profundo y necesario cambio en cuanto a buen gobierno y transparencia» en el grupo.
Ante el envío de este complemento a la junta, Carceller anunció su intención de alcanzar el referido 20% y frenar a Moreno Carretero, y este mismo viernes, ya ha realizado una primera compra de títulos representativos del 3,68% de Sacyr y ha elevado su posición de primer accionista hasta el 16,1%.
Por su parte, Moreno Carretero ha respondido emitiendo un comunicado en el que asegura contar con un 14,24% del capital de Sacyr, frente a la participación del 5% que le reconoce la empresa por considerar que ostenta el porcentaje restante de forma indirecta, a través de derivados y otros instrumentos financieros.
UN AÑO DE GESTACIÓN.
La pugna por el poder en el consejo de Sacyr tiene su origen justo hace un año, cuando este empresario pidió tener un segundo puesto en el consejo de administración.
La compañía, tras un año de «reflexión», reestructuró finalmente el consejo el pasado mes de abril, si bien no dio un segundo sillón a Moreno Carretero.
Sacyr acometió los cambios ajustando a la baja la representación de otros tres accionistas. El presidente, Carceller y el expresidente José Manuel Loureda cedieron un puesto cada uno que se cubrieron con tres nuevos vocales independientes.
Tras estos cambios, y después de que Moreno Carretero votara en contra del informe de remuneraciones del consejo de Sacyr, el empresario reclama ahora someter a la junta cambios en la empresa mediante la modificación de media docena de artículos de sus estatutos.
Además de nombrar un nuevo consejero delegado, pide más transparencia en las remuneraciones, que se incluyan las que Manrique y Loureda cobran como consejeros de Repsol, que se adopten cláusulas de reembolso y la obligación de comunicar las relaciones contractuales entre los consejeros y la empresa.
En el caso de la petición de separar el cargo de presidente y primer ejecutivo, se da la circunstancia de choca con uno de los puntos ya incluidos por la empresa en el orden del día de la junta, el de la supresión del límite de edad de 65 años para ser primer ejecutivo con el fin de que Manrique pueda seguir en el cargo cuando llegue a esa edad el próximo año.
«Nuestras propuestas no están hechas contra nadie, sino que se plantean en interés de todos los accionistas y parar generar valor», argumenta Moreno Carretero en su comunicado.
Asimismo, asegura que no pide el relevo de Manrique como presidente, al que «reconoce» el «saneamiento realizado en Sacyr», y argumenta que sólo «aboga» por «incorporar un consejero delegado joven y profesional».
«Así Sacyr estaría en sintonía con las grandes empresas cotizadas que evitan concentrar poderes en una sola persona, al tiempo que podría planificar el relevo generacional en la empresa», además de «impulsar su crecimiento».
Además de Carceller y Moreno Carretero, el resto de socios de referencia de Sacyr son Loureda, con una participación del 7,8%, el Grupo Fuertes, con un 6,2% y el propio presidente de la compañía, con un 1,5%.
Moises Romero
La Carta de la Bolsa