Hubo un momento en que la gente se preguntaba qué camino oscuro lleno de monstruos y criaturas diabólicas nos encontraríamos si los bancos centrales recurrieran a las tasas de interés negativas. Pero el país valiente, el guerrero nórdico que osó desafiar toda zona de confort conocida fue Dinamarca.
Todo comenzó cuando el Banco Central de Dinamarca colocó su tasa de depósito de referencia en negativo allá por el año 2012 (por tema del euro y de la corona danesa).
Veamos cómo le ha ido porque se pueden extraer lecturas muy interesantes al respecto:
- – Los ahorros han alcanzado máximos históricos, creciendo un 20%.
- – La deuda de los hogares apenas se inmutó y prácticamente no se incrementó, lo que supone el 134% del PIB frente al 146% que representaba antes del año 2012.
- – El desempleo es el más bajo en casi una década
- – La hucha del Gobierno se está llenando
- – El mercado inmobiliario se mantiene al alza y los precios de los inmuebles están en niveles récord.
- – Los bancos ofrecen préstamos respaldados por bonos a una tasa fija del 1,5% a 30 años (la mitad de la tasa que paga el gobierno norteamericano).
- – El déficit presupuestario ha pasado a ser superávit gracias al aumento de los ingresos fiscales. Por tanto, si el saldo de la cuenta corriente es positivo quiere decir que el país ingresa más de lo que paga.
Y es que con los tipos de interés negativos se ha roto la leyenda de que el tipo más bajo sería el Zero Lower Bound (ZLB), pero Dinamarca y Suiza han dado un paso más allá y se sigue muy de cerca lo que les suceda.
Dinamarca incluso en el 2015 los bajó de -0,5% a -0,75% en su obsesión de mantener la paridad del euro con la corona (sí, el objetivo de Dinamarca al introducir tasas negativas era muy claro, el Danmarks Nationalbank quería controlar el tipo de cambio en que la corona estaba vinculada al euro.). Fíjense que tras la decisión del Banco Central de Suiza de abandonar la paridad y la decisión del BCE de lanzar un programa de compra de activos, se produjo un fuerte flujo de entrada de capitales extranjeros, hecho que llevó al Banco de Dinamarca a parar la emisión de deuda pública danesa.
Por su parte, Suiza, para desincentivar la acumulación de francos suizos, bajó los tipos de interés para depósitos al -0,75%. Es un tema tan delicado que hasta el mismo gobernador del Banco de Suiza dijo en 2015 que “hay un límite para el nivel de tipos de interés negativos, pero la cuestión es dónde están esos límites”.
Pero sigamos con Dinamarca, porque es curioso que pese a que los depósitos bancarios no ofrecen rentabilidad alguna e incluso cobran a algunos clientes por mantener su dinero, los daneses siguen prefiriendo invertir sus ahorros en depósitos y va de récord, puesto que se ha alcanzado el nivel más alto desde que se tienen datos, incluso si se descuenta la inflación.
El caso es que las familias daneses aumentan su consumo mientras al mismo tiempo reducen sus deudas, reduciéndose de esta manera el fuerte endeudamiento de las familias (pero aunque no lo crean, las familias siguen siendo las más endeudadas de Europa, sólo superadas por Chipre).
Por último, decir que el país incrementa cada trimestre el tamaño de su posición de inversión internacional neta, que recordemos que hace dos años llegó al 58% del PIB, un nuevo récord histórico para ellos.
Claro, no todo es de color de rosa, el Banco de Dinamarca se ve abocado irremediablemente a incrementar la oferta de coronas danesas para que el tipo de cambio no se fortalezca y mantenga su anclaje al euro. El problema es que este tipo de política monetaria podría terminar creando serias burbujas de algunos tipos de activos como los inmobiliarios.
Pero veamos algunas nociones y cuestiones de los tipos de interés negativos, para que comprendan bien el tema en cuestión…
Los bancos centrales establecen dos tipos de interés:
- Fijan el tipo de interés que cobran a los bancos que necesitan reservas.
- Fijan el tipo de interés que pagan a los bancos que tienen exceso de reservas.
Es este último tipo de interés el que varias entidades monetarias han fijado en terreno negativo.
La política monetaria de intereses negativos de los bancos centrales se produce en un escenario de estancamiento económico o contracción económica. Es una herramienta o mecanismo de política monetaria no convencional que se aplica con el objetivo de incentivar y motivar los préstamos, haciendo que tenga un coste (intereses negativos) para los bancos comerciales mantener sus reservas en los bancos centrales.
Por tanto, cuando el BCE adoptó tipos de interés negativo fue para que los bancos dejasen de depositar fondos en su entidad y los prestasen a los particulares en forma de crédito (castigando económicamente a los bancos por no prestar dinero y tenerlo guardado). ¿Y por qué aun así seguían las entidades depositando dinero? Por el miedo al alto nivel de morosidad, los bancos preferían tener que pagar un poco de dinero al BCE antes que arriesgarse a prestar dinero a empresas o particulares y que no lo recuperen por la morosidad, alto desempleo, trabajos precarios, etc.
Pero también tienen su parte negativa, ya que con ello el dinero pierde valor y dificulta el crédito a los bancos ya que no les resulta rentable prestar dinero.
Aunque no lo crean, este tema también tiene consecuencias en las personas. Por un lado, con el Euríbor (dictamina el tipo de interés con el que prestan dinero los bancos y afecta directamente a las hipotecas). De esta manera, se abaratan las hipotecas, algo positivo para los ciudadanos. Por contra, tenemos que los bancos ya no prestan dinero con tanta alegría y para compensar riesgos incrementan las comisiones.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es